La inversión de capital riesgo en España alcanzó en los seis primeros meses del año 508 millones de euros, el 54% menos que un año antes, lo que supone el peor primer semestre desde el inicio de la crisis, según las cifras estimadas por la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI).

El presidente de la patronal, Carlos Lavilla, ha achacado a las dificultades para captar fondos la caída de la actividad, aunque ha querido destacar que un 93% de la inversión ha sido en operaciones inferiores a cinco millones de euros, lo que muestra que los receptores han sido unas 200 pequeñas y medianas empresas en fase de arranque y expansión.

En concreto, el 10% fue a parar a operaciones de semilla y arranque, y un 53% a operaciones de expansión.

Entre otros hitos del periodo, Lavilla se ha referido a la escasez o incluso desaparición de inversores nacionales como las cajas de ahorro, debido al proceso de reestructuración del sector.

Además, las reformas acometidas y la mejor percepción que tiene España desde el exterior no termina de convencer a los inversores no residentes.

Sin embargo, en su opinión cabe esperar una mejora de la percepción por parte de inversores extranjeros, así como el efecto que tendrá la puesta en marcha del fondo del ICO.

Según Lavilla, en los próximos meses será muy importante la incorporación del fondo FOND ICO Global, que está ya registrado en la CNMV y servirá de catalizador para otros procedentes del sector privado.

Entre los datos positivos, Lavilla ha destacado que la mayor parte de los fondos nacionales proceden de empresas de "venture capital" -que arriesgan su capital en empresas de nueva creación-.

En este sentido, ha indicado que la reciente ley de emprendedores puede impulsar la creación de nuevas compañías, ya que el segmento de "venture capital" cuenta cada vez con mayores recursos para invertir.

ASCRI destaca también la gran presencia de fondos internacionales, de los que procedía el 47% del capital a través de 19 operaciones; inversores nacionales invirtieron 270 millones -el 53%- en 180 operaciones.

No obstante, la contracción es evidente: entre enero y junio de 2013 estos fondos cerraron el 47% de las inversiones, frente al 65% de un año antes.

Las desinversiones alcanzaron en los seis primeros meses del año 570 millones de euros, el 28% menos que un año antes, principalmente a través del mecanismo conocido como de volumen.

El mayor volumen de fondos fue a parar a otros servicios (28%), informática (23%), y productos de consumo (12,3%), en tanto que los que mayor número de operaciones concentraron fueron informática (32%), biotecnología (13,1%), y otros productos y servicios de consumo, ambos con un 9,5%.

Por lo que respecta a la captación de nuevos fondos, el volumen alcanzó 428 millones, el 53% menos que el año anterior; de ellos, 283 procedían de fondos internacionales, 129,5 millones de operadores nacionales privados, y los 60,5 millones restantes, de operadores nacionales públicos.