La inversión inmobiliaria registrada en el 2016 en España alcanzó los 14.000 millones de euros, una cifra bastante por encima de los 10.000 millones de euros que se registraron en el 2007, lo que supone que la actividad inversora ha vuelto a los niveles precrisis. Los datos referidos a Catalunya reflejan la misma tendencia (2.400 millones ) en el último ejercicio y ofrecen el reflejo de la elevada liquidez que busca buenas rentabilidades. El interés del mercado español para los inversiones foráneos es, asimismo, más que evidente si se considera que el 80% de la inversión registrada procede de grupos internacionales, mientras que el 20% restante, corresponde a inversión nacional, según el informe presentado este lunes por la consultora inmobiliaria CBRE.

El atractivo del mercado inmobiliario español no se agota en el 2016, según Enrique Martínez, vicepresidente de la consultora, la inversión prevista para el 2017 se mantiene en torno a cifras parecidas. Si bien, los datos del pasado ejercicio están bastante influenciados por la compra de Metrovacesa por parte de la socimi Merlín, una operación que por sí solo supone unos 500 millones de euros. De hecho esa compra supone un salto cualitativo en las cifras, comparadas con las 2015, que ya fue un año récord de inversión desde el inicio de la crisis.

Aunque el mercado aún atrae a los inversores, lo cierto es que las estrategias de estos ya no son las mismas: "La inversión que buscaba una tasa de retorno elevada ('yield') ya está agotada; la nueva estrategia pasa por dar valor a los activos. Estamos ante un ciclo de nuevos desarrollos y de grúas", afirma Martínez. ejemplo de este nuevo enfoque, apunta, es la compra del centro comercial deDiagonal Mar por parte de la división inmobiliaria de Deutsche Bank, que ha invertido 493 millones de euros en esa operación, pero se propone invertir otros 35 millones en la renovación del recinto y de sus usos. "No se trata de una ampliación de metros cuadrados para lo que no hay licencia municipal, sino de modificar los espacios actuales. Renovar el espacio y su valor", ha comentado.

EL INTERÉS POR BARCELONA

Barcelona se mantiene como mercado inmobiliario de primer nivel para los inversores. Ocurre particularmente en los subsectores de oficinas y logística.. En la primera actividad las rentas han aumentado un 21% en el 2016 y, según Anna Esteban, responsable de la oficina de CBRE en barcelona, ha recorrido para un incremento del 7% en el 2017. pero ese mercado se encuentra con los límites marcados por la oferta, bastante limitadas. Aunque la ciudad y su entorno metropolitano tiene una capacidad de absorción de 350.000 metros cuadrados anuales, el mercado va a contar solo con 200.000 metros a corto plazo de los que un 50% ya están contratados -edificios de oficinas que ya tienen inquilino-, mientras que el otro 50% es "especulativo", según Esteban. Es decir, que salen al mercado sin clientes predeterminados.

Se trata de nuevo espacio que se concentran en las zonas de nueva centralidad, como el 22@/Frente Marítimo y Plaza Europa/Zona Franca, habida cuenta que el centro tradicional (paseo de Gràcia/Diagonal) está perdiendo espacio dedicado a oficinas en favor de la actividad comercial, mucho más rentable para los propietarios. A ellos se una la obsolescencia de gran parte de parque de oficinas. "En Diagonal, el 60% del parque necesita rehabilitación para poder atraer a nuevo inquilinos", ha comentado Esteban. "Barcelona necesita una gran transformación de sus inmuebles, hay que invertir en rehabilitación", ha precisado.

Por lo que respecta al mercado residencial en Barcelona, se destaca que un un tercio de la obra nueva que se lleva a cabo -incluida la rehabilitación- es de alto standing y se extiende a barrios como l'Eixample y atrae a inversores extranjeros, principalmente. "La ciudad mantiene su capacidad de atracción, que también está ligada a la atracción de empresas", ha comentado Martínez.