La zona euro ha logrado superar con éxito el primer gran examen que le tenían preparado los mercados para este año. Portugal primero, y ayer España e Italia, demostraron que todavía son capaces de lograr que los inversores les financien sin tener que recurrir a la ayuda de sus socios comunitarios.

Al contrario que en las crisis griega e irlandesa, la decidida respuesta de las autoridades comunitarias a las amenazas que sufren los países más débiles de la Unión Europea ha sido crucial para la rápida atenuación del riesgo de rescate.

España se la jugaba ayer con la primera emisión de deuda pública del año, y superó la prueba con nota. El Tesoro colocó 2.999 millones de euros, el máximo previsto, en bonos a cinco años. La demanda fue de 2,1 veces la oferta (frente a las 1,6 veces de la subasta anterior) y el 60% vino del exterior. El interés fue del 4,542%, mayor que en la anterior emisión (3,576%) pero inferior al 4,8% previsto por los analistas y al 4,62% en que se cambiaban los títulos en el mercado secundario (compraventa entre inversores).

Animado por la mejora de la situación del país frente a los mercados, el Gobierno reiteró que el rescate europeo no llegará. "Cualquier país de la eurozona necesita al resto para mejorar nuestra gobernanza económica y tenemos que trabajar unidos, pero si se refiere a un rescate, rotundamente, no", defendió la vicepresidenta económica, Elena Salgado, en una entrevista a la televisión estadounidense CNBC.

SEGURO QUE NO La mejor prueba de la euforia que viven los inversores respecto a España la ha dado el Ibex 35, que repuntó el 2,67% ayer, con lo que ya suma un alza del 9,88% en las tres últimas sesiones. Su mejora va de la mano de la caída de la prima de riesgo. La diferencia entre el bono español a 10 años y el alemán de referencia, indicador del riesgo de impago percibido por el mercado, se relajó hasta los 230 puntos básicos, muy lejos de los 279 de hace unos días.

En el buen resultado de las emisiones de los países más vulnerables ha sido clave la voluntad expresada por los líderes europeos de defender el euro y de ampliar y mejorar el fondo de rescate. "Haremos todo lo que sea necesario para garantizar la estabilidad de la eurozona en su conjunto", proclamó el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.

El Banco Central Europeo (BCE), con todo, dio un toque de atención. Con la inflación por encima del objetivo tope del 2% (2,2% en diciembre), su presidente, Jean-Claude Trichet, advirtió que hay riesgo de tensiones inflacionistas a corto plazo, con lo que abrió la puerta a subidas de los tipos oficiales antes de lo previsto y a una retirada progresiva de la liquidez ilimitada para la banca. En cambio, se mantuvo su compromiso de seguir comprando bonos en el mercado secundario para suavizar las primas de riesgo y apoyo la reforma del fondo de rescate.