La bolsa española cedió ayer el 0,47% tras dos jornadas de subidas en una sesión en la que los inversores se decantaron por hacer caja ante la fortaleza del euro, que marcó un nuevo récord frente al dólar (un euro: 1,403 dólares), y por el temor a que la crisis hipotecaria de EEUU persista pese a la rebaja de tipos. Tras el festín de ganancias de la jornada del miércoles, cuando el Ibex 35 registró la mayor subida en cuatro años (ganancias del 3,22%), el principal índice español se deshizo ayer de 67,70 puntos. Pese a ello, el Ibex consiguió mantener la cota de las 14.400 unidades al cerrar en 14.427,10 puntos.

El resto de parquets europeos también se decantaron por los números rojos desde los primeros compases de la sesión. Fráncfort cedió el 0,20%; Londres, el 0,48%; París, el 0,70%; y Milán, el 0,78%. El Eurostoxx bajó el 0,53%. Tras la euforia desatada por la rebaja de tipos de EEUU en medio punto, los inversores optaron por recoger los beneficios de las dos sesiones precedentes mientras esperaban la intervención del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

Las mayores pérdidas las acumularon Sacyr Vallehermoso (-2,21%) y Banesto (-2,17%). Entre los pesos pesados del índice también bajaron Telefónica, que cayó el 0,41%; Santander, que se dejó el 0,37%, BBVA (-1,07%) y Repsol (descenso del 0,89%).

La mayor revalorización del Ibex 35 fue para BME, que subió el 3,41% impulsada por el acuerdo firmado entre el Nasdaq y la Bolsa de Dubai para controlar a OMX, propietario de seis bolsas nórdicas y bálticas. De las grandes compañías, únicamente ganaron terreno Iberdrola, que subió el 0,33%; y Endesa, que avanzó el 0,02% después de vender el 2% de Red Eléctrica Española.

En el mercado continuo, las cotizadas que más se revalorizaron fueron Avanzit (11,23%) y Dinamia (5,49%), mientras que el peor resultado lo registró Sotogrande (-4,92%). Una jornada, pues, con poca historia.