Los países integrantes del G-20 (las economías más grandes del mundo y los principales países emergentes) están deseosos de verse las caras con EEUU en Seúl (Corea del Sur), en la cumbre de los días 11 y 12 de noviembre. Pedirán explicaciones a la primera economía del mundo por los negativos efectos secundarios que pueden sufrir muchos de ellos tras la decisión de la Reserva Federal (Fed) de regar la economía norteamericana con 425.000 millones de euros, desde ahora hasta junio del 2011.

La Fed pretende reactivar la economía de EEUU. Pero los socios más potentes del G-20 ven en la medida una estrategia para devaluar el dólar que puede perjudicar a sus economías.

EXPORTACIONES "En conversaciones bilaterales, pero naturalmente también en la cumbre del G-20 de la semana próxima, trataremos críticamente el tema con nuestros socios norteamericanos", afirmó ayer el ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schäuble, en una entrevista. Alemania observa con gran preocupación la apreciación del euro frente al dólar pues teme por sus exportaciones. Schäuble acusa a EEUU de "crear problemas" al mundo al bombear "cantidades ingentes de dinero" en su economía. La ministra francesa Christine Lagarde ha lamentado que el euro cargue con "el peso" de la decisión de la Fed.

El encuentro entre el presidente chino, Hu Jintao, y el de EEUU, Barack Obama, se presenta como el plato fuerte de una cumbre en la que los restantes líderes esperan de ambas potencias que eviten una guerra de divisas. El gobernador del banco central chino, Zhou Xiaochuan, dijo ayer que la decisión de EEUU "podría producir numerosos efectos negativos para la economía mundial", y avisó de que, si no hay "restricciones", será "inevitable" una nueva crisis.

Existe un creciente consenso en los países del G-20 sobre que el programa de la Fed enciende el riesgo de burbujas en los países emergentes, constató ayer el gobernador del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles. Las quejas también han sido expresadas por representantes de Corea del Sur y Suráfrica.

La UE también ha expresado su deseo de discutir con EEUU sobre su política monetaria, aunque sin acritud. Se parte del hecho de que el objetivo de EEUU no es devaluar el dólar, sino impulsar la economía.

Así lo ve también el Banco Central Europeo y el Gobierno español. El director de la Oficina Económica de la Moncloa, Javier Vallés, opinó ayer que las medidas de la Fed "no violan" los acuerdos de la reciente reunión ministerial del G-20, donde los países pactaron no adoptar "devaluaciones competitivas".