El Gobierno balear se ha inventado una nueva fórmula para que los turistas colaboren económicamente al mantenimiento del medio ambiente. Se trata de la tarjeta verde, de carácter voluntario y con contraprestaciones a cambio, que saldrá a la venta el próximo 1 de abril y la podrán adquirir todos los turistas que lleguen a Baleares. Es la alternativa del Ejecutivo del popular Jaume Matas a la ya derogada ecotasa, el impuesto que se cobraba obligatoriamente a los turistas y que reportó unos 30 millones de euros anuales a las arcas autonómicas.

La tarjeta tendrá un precio simbólico y toda la recaudación que se obtenga irá a parar a la Fundación para el Desarrollo Sostenible de Baleares. Se trata de un ente creado por el Ejecutivo autonómico para reinvertir en medio ambiente y que tiene el apoyo financiero de las principales entidades bancarias. Los turistas que compren la tarjeta podrán recuperar el importe con descuentos en museos, transporte, campos de golf y, en el futuro, en bares y restaurantes.

Cuanto más utilicen la tarjeta verde, antes recuperarán el dinero que hayan pagado. Es decir, si una entrada en un museo vale 10 euros y tienen un 10% de descuento con la tarjeta verde, el turista habrá recuperado un euro. El dinero que se obtenga con la tarjeta se destinará a la compra de bienes medioambientales. En la práctica, la tarjeta verde tiene los mismos fines que la ecotasa. Los turistas pagaban un euro de media al día por cada día de estancia en hoteles de Baleares.