El Gobierno italiano se ha comprometido hoy ante la Unión Europea a definir antes del 15 de noviembre próximo un plan que establecerá condiciones estructurales que favorezcan el crecimiento económico del país. Este es uno de los puntos principales que contiene la carta remitida por el Ejecutivo de Silvio Berlusconi a las autoridades europeas, en respuesta a las exigencias hechas por la UE para que Italia adopte medidas para sanear sus cuentas públicas con el fin de tranquilizar a los mercados. El contenido de la carta fue filtrado hoy por los medios de comunicación italianos, después del anuncio de que la misiva había sido remitida a Bruselas y de que Berlusconi viajara a la capital belga para participar en el Consejo Europeo. En la misiva se señala que el Gobierno trabaja para crear dichas condiciones que favorezcan el crecimiento y que, para ello, el Ejecutivo considera necesario intervenir en la "composición del balance" presupuestario.

Así, establece que el Gobierno actuará sobre cuatro ámbitos en los próximos ocho meses: "en los dos primeros eliminará vínculos y restricciones a la competencia y la actividad económica para permitir niveles productivos mayores y costes y precios inferiores". "Antes de cuatro meses -continúa la misiva- definirá medidas que favorezcan el dinamismo de las empresas. Antes de seis meses se adoptarán medidas que favorezcan la acumulación de capital físico y capital humano y acrecienten la eficacia". Por último, en un plazo máximo de ocho meses, subraya la carta, "se completará una reforma del mercado de trabajo". La misiva confirma además intervenciones en el sistema de pensiones, con un retraso progresivo entre 2012 y 2026 de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, como ya había anunciado la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, la pasada noche.

Asimismo, el Gobierno pretende definir antes del 30 de noviembre de 2011 un plan para la venta y valorización de inmuebles del Estado, con el que prevé ingresar 5.000 millones de euros al año durante los próximos tres años. El Gobierno de Berlusconi tenía 48 horas para, como le habían pedido desde Bruselas, demostrar que aplicará las medidas de ajuste y de reformas ya anunciadas y que aprobará otras nuevas para reducir su deuda, que ronda el 120 % del PIB, es decir, casi 1,9 billones de euros. Tras un consejo de ministros fallido el lunes por las discrepancias sobre la reforma del sistema de pensiones en el seno de la mayoría gobernante, el Ejecutivo italiano llegó ayer a un acuerdo "in extremis" sobre las medidas que iba a presentar ante la UE.