El Ibex 35 finalizó la penúltima sesión del año con una caída del 0,56% pero mantuvo el nivel de los 9.000 puntos, mientras que el resto de selectivos europeos fueron cada uno por su lado en una jornada marcada por el repunte del petróleo tras los ataques israelís en Gaza. Al final, los 9.000 puntos casi se convierten para el Ibex 35 en la tarea más ardua para cerrar el año, poco menos que una muralla infranqueable para un selectivo que llega agotado al fin del ejercicio. Aunque los últimos retoques de la operación maquillaje de fin de año, y un empujoncito en la subasta, han bastado para mantener la cota psicológica, en los 9.017 puntos, con una subida del 0,56%, pese a la caída de Wall Street. En Europa, el FTSE y el DAX cerraron con repuntes superiores al 1%, mientras que el CAC 40, de París, acabó con ligeras subidas. El petróleo cerrará el año con una bajada cercana al 60%, tras marcar un récord este verano en 147 dólares. Pero ayer se movió al alza por los acontecimientos de Gaza, lo que tuvo un efecto favorable en la cotización de las empresas energéticas. Iberdrola, Iberdrola Renovables, Repsol y Endesa finalizaron la jornada luciendo números verdes dentro del Ibex. Como ha sido habitual, los malos resultados fueron principalmente para bancos y constructoras.

Sacyr encabezó las caídas y ejemplificó la desconfianza de los inversores en determinados sectores. Los inversores que no están de vacaciones mantienen las posiciones vendedoras a las primeras dudas. Las ventas se impusieron también con Cintra, Abengoa y Mapfre, que perdieron entre el 3% y el 5%. Pero la banca --Sabadell, Popular, Bankinter, BBVA y Santander-- también se llevó buena parte de los números rojos. En el mercado continuo, destacó el desplome del 13% de Metrovacesa y la caída del 12% en Renta Corporación, mientras que por la parte alta, Dogi repuntó en torno al 15%. Y en el resto de los parquets del Viejo Continente, Aegón y Fortis retrocedieron alrededor del 5%.