El dicho popular es meridianamente claro: después de la tormenta llega la calma. Y resulta aplicable, incluso, a los mercados bursátiles. Sin ir más lejos, la bolsa española subió ayer el 0,74% y se acercó a los 9.800 puntos impulsada por el alza del precio de los grandes valores y por la relajación del mercado de deuda después de que se cubriera con éxito una colocación de deuda pública española (bonos a largo plazo).

Así, el índice de referencia del mercado español, el Ibex 35, logró el mayor avance en Europa, el 0,74%, hasta concluir la sesión en 9.755,10 puntos, de forma que las pérdidas anuales bajan al 18,30%.

Las dudas asaltaban al parquet español, al igual que a los europeos, al inicio de la jornada, a pesar de que Wall Street acabó la jornada anterior en tablas. La caída del precio del petróleo --el Brent abría a menos de 78 dólares por barril-- y la depreciación del euro, que se negociaba a 1,225 dólares, influyeron negativamente en el arranque de sesión.

Aunque el Banco Central Europeo (BCE) indicó que continuará comprando deuda pública hasta que se normalicen los mercados, los inversores esperaban al resultado de una subasta de bonos españoles. También hubieron datos negativos en la sesión, como el aumento del déficit por cuenta corriente, que elevaba la cotización del euro a cerca de 1,24 dólares, y otros malos datos del mercado laboral, como el aumento de las peticiones semanales de subsidios de desempleo en Estados Unidos de 460.000 a 472.000.

Todos los grandes valores subieron: el Santander, reconocido ayer como uno de los bancos más solventes de Europa, el 1,59%. A continuación se situaron el BBVA, que ganó el 1,29%; Iberdrola, el 1,07%; Repsol, el 0,94%; y Telefónica, el 0,91%. La mayor subida del Ibex correspondió a Inditex, el 1,75%, animada por un informe favorable. FCC encabezó las pérdidas con un descenso del 2,92%, seguido de Técnicas Reunidas (-2,73%), Grífols (-2,62%), y Gamesa (-2,09%).