EDAD 57 AÑOS

LUGAR DE NACIMIENTO LEON

PROFESION MEDICO TRAUMATOLOGO, ESPECIALISTA EN CIRUGIA ORTOPEDICA

TRAYECTORIA EX RESPONSABLE DE LA FEDERACION DE SANIDAD DE CCOO Y DE POLITICA INSTITUCIONAL

El año que empieza se presenta cargado de actividad para el líder de CCOO, José María Fidalgo. El secretario general del primer sindicato español repasa los principales asuntos que figurarán en su agenda durante los próximos meses. En ella ocupan un lugar destacado la negociación de la reforma laboral y de las pensiones y el conflicto abierto por la devolución de patrimonio sindical a UGT.

--Puede ser un obstáculo para el acuerdo de reforma laboral la propuesta de la CEOE de extender el contrato indefinido con despido de 33 días?--El Gobierno sabe que ni nosotros ni UGT estamos por eso. Nadie nos puede imputar mala fe cuando no queremos abandonar la mesa de negociación. El obstáculo no es el contrato de 33 días. Si se puede ampliar a otros colectivos e incentivarlo, que se haga. Pero no podemos fomentar la falta de seguridad de los fijos porque extendemos la inseguridad.

--Usted criticó la propuesta del Gobierno para reformar las pensiones ¿Tampoco es posible un acuerdo ahí?--Lo que dijimos en relación al documento del Gobierno es que era incongruente. En el informe que envió el Ejecutivo a la Comisión Europea se plantean unos determinados riesgos para la Seguridad Social. Las propuestas del documento no cubren esos riesgos. No es un documento de reforma de la Seguridad Social, sino de pequeños retoques. Algunos de ellos tienen direcciones contradictorias porque favorecen la carreras de cotización más cortas frente a las largas. Espero que haya un acuerdo pero el documento del Gobierno es poco estratégico.

--Desde que el Gobierno de Zapatero ganó las elecciones, usted ha sido más bien crítico con su gestión. ¿Por qué?--No hemos sido tan críticos con la gestión del Gobierno. Cuando hemos visto algo que no nos gustaba lo hemos dicho claramente. Siempre han sido cuestiones puntuales, como la gestión que se hizo el año pasado en relación con el Iprem --indicador de rentas-- y con la cláusula de revalorización del salario mínimo. Pero fue crítico todo el mundo por un acuerdo que no se cumplió. Sobre los presupuestos del 2006 dijimos que las necesidades de la competitividad, de creación de empleo y de cohesión social no tenían el reflejo que deseábamos. Hemos criticado la política fiscal que hizo el PP en relación con la bajada de la curva de progresividad del IRPF igual que tuvimos con el candidato a presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero un lío con el tipo único. No estaremos de acuerdo si lo hacen. Porque este país tiene unas necesidades superiores a otros y tiene una presión fiscal cinco puntos más baja. Hay otras cosas que se han dejado a medias, como la LOE. Este país necesita gastarse más en educación, prestigiar la enseñanza pública. Y esto no lo hemos visto. En universidades no hemos visto nada tampoco. ¿Esto es ser crítico con el Gobierno? Somos un sindicato exigente. No pretendemos que todo sea a gusto nuestro.

--Sin embargo, ¿se sentía más a gusto con el PP?--Eso no lo he dicho nunca. La comodidad o incomodidad no depende del color del carnet que lleve el presidente en el bolsillo. Tenemos experiencias para todos los gustos. Durante el primer gobierno del PSOE, que fue muy longevo, tuvimos movidas. Con el del señor Aznar tuvimos algunos acuerdos y una zapatiesta con el decretazo. Yo no pretendo estar cómodo. Yo entiendo que los gobiernos tienen limitaciones, lo que pasa es que hay algunos que generan más expectativas y otros menos. Este Gobierno generó una inflación de expectativas en vísperas de su victoria electoral, y mucha gente andará diciendo que esperaba otra cosa. Tenía un programa electoral no sé si pensado para gobernar o para levantar expectativas. Creo que la inflación de expectativas es mala.

--Usted ha dicho que el Gobierno quiere cambiar el mapa sindical español con la devolución a UGT del patrimonio sindical. ¿Por qué?--Está hecho sin luz ni taquígrafos. La misma memoria económica del decreto explica de una manera paradójica por qué modifica la norma, porque si no muchos expedientes que se reivindican no podrían demostrarse que eran de titularidad o uso sindical y tampoco hay ficha de incautación. Esto está muy mal hecho. ¿Por qué se hace por trámite de urgencia? Se hizo otras veces, en 1986, pero con una cantidad menor. Es un ataque a la libertad sindical.

--¿Considera que los 151 millones de euros del patrimonio entregado influirán en las elecciones sindicales?--Espero que no. A nosotros no nos van a influir. Pero la inyección de capital es tan sobredimensionada que, a medio plazo, puede crear disfunción.