El exministro socialista y expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell ha alertado hoy de que, si no se cambian las políticas de austeridad y se empuja el crecimiento económico, la recesión será "larga, dolorosa y profunda en España".

En su intervención en unas jornadas sobre la UE, organizadas por el Parlamento de Andalucía, Borrell ha celebrado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "parece que se ha dado cuenta de que era necesario insistir en las políticas de crecimiento y de que con la mal llamada austeridad se va al desastre y que dice defenderlo en Bruselas", aunque ha lamentado que "con poco éxito porque la señora (Angela) Merkel no parece que dé su brazo a torcer".

En este sentido, ha afirmado que la falta de resultados concretos en la cumbre, que ha terminado hoy, de jefes de Estado y de Gobierno de la UE dedicada a encontrar un equilibrio entre las políticas de ajustes y los estímulos al crecimiento, supone un "paso hacia el abismo" porque se ha entrado en una "espiral recesiva".

No obstante, ha aventurado que el horizonte temporal para el final de esas políticas de austeridad podría ser septiembre si hay cambio político en Alemania, ya que entonces, en su opinión, será posible un "cambio de ruta".

A pesar de este sombrío panorama económico, ha lanzado un mensaje de esperanza al confiar en que cuando Europa esté al "borde del abismo, que casi lo está, haga una inflexión en las políticas", ya que a lo largo de la historia, en tono irónico, Borrell ha dicho: "Siempre hacemos lo que hay que hacer pero cuando hemos probado todo lo demás".

Ha lamentado el exministro socialista que España no haya sabido aprovechar las ventajas de su pertenencia al euro y, en vez de aprovechar el capital extranjero que entró en el país para crear una economía competitiva y tecnológicamente desarrollada, "se embarcó en un boom especulativo e inmobiliario".

Esa factura "hay que pagarla" y constituye un problema de equidad social que es responsabilidad del Gobierno de España y no de la Unión Europea, ha apuntado Josep Borrell.

Ha aprovechado para defender la necesidad de explicar el cambio de percepción de los ciudadanos de la UE, a la que "antes veían como un hada buena que repartía dádivas e infraestructuras y ahora como una madrastra que impone disciplina", porque dentro de un año hay elecciones y "tienen que entender que el escenario de futuro está en la UE más que en sus propios países".

Asimismo, ha puesto en valor la contribución de la UE a la modernización de España y como ejemplo se ha referido a su llegada en AVE a Sevilla en 1992, cuando se puso en funcionamiento el primer tren de alta velocidad, siendo ministro de un gobierno socialista de Felipe González, y eso es la prueba de la "modernidad financiada por la Unión Europea", ha apostillado.

También ha abogado por la necesidad de los europeos de "unirse para preservar la combinación de paz, seguridad social y calidad de vida democrática que caracteriza el modelo europeo".