Las organizaciones juveniles serán las primeras en iniciar lacruzada contra la última gran reforma de la legislatura deFrançois Hollande. El anteproyecto de ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, orientado a flexibilizar elmercado laboral, llevará este miércoles a las calles francesas amiles de estudiantes que ven en el texto gubernamental una “ofensiva sin precedentes” con la que, a su juicio, habrá más obstáculos para acceder a un puesto de trabajo.

Como ocurre en la mayoría de los países europeos, también en Francia son los jóvenes las principales víctimas del paro. El desempleo en la franja de edad de 18 a 24 años es el doble que la media nacional (24% frente al 10,3%, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos) y la crisis del 2008 ha tenido efectos devastadores sobre todo en los que tienen un título de formación profesional.

Además, cuando logran un empleo éste suele ser más precario que el de los mayores de 25 años. “El Gobierno no está en contra de los jóvenes, sino a favor del empleo estable”, se ha defendido en RTL la titular de Trabajo.

También el primer ministro, Manuel Valls, sostiene que la nueva ley reducirá el temor de las empresas y estimulará los contratos fijos, pero los sindicatos recelan de un modelo que se mira en las reformas llevadas a cabo en España, Italia o Portugal porque, si bien han recortado las cifras del paro, ha sido a costa de una mayor precariedad.

REFORMAS EN EUROPA

La prensa francesa echa un vistazo este martes al escenario laboral que han dejado los cambios legislativos en el sur de Europa, poniendo de relieve las dudas sobre la bondad de las medidas, pero rindiéndose a la evidencia de que Francia tendrá que adaptarse a los ritmos de una economía globalizada.

“Contrariamente a los que dicen sus detractores, éstas reformas, y en concreto una mejor definición de los despidos económicos, no han provocado un aumento de los despidos”, argumenta en ‘Le Parisien’Agnès Bénassy-Quéré, presidenta del Consejo de Análisis Económico. El “ejemplo español” es el que esgrime el premio Nobel de Economía 2014, Jean Tirole, y otros 30 economistas para defender el texto de la ministra de Trabajo, Myriam Khomri.

Sin embargo, ni los jóvenes, ni los sindicatos, ni las filas más a la izquierda del socialismo francés están dispuestos a seguir la senda delmodelo español. La incógnita es saber si dará sus frutos la concertación con los agentes sociales o si, por el contrario, la movilización estudiantil será la primera de una larga serie de conflictos que dinamitará el último tramo del quinquenio de François Hollande.

A la protesta de los estudiantes se sumarán muchos militantes sindicales, asociaciones y universidades, así como el partido ecologista. En total, ocho sindicatos animan a sus simpatizantes a unirse a las diferentes convocatorias y a apoyar la huelga del 31 de marzo para exigir la retirada del proyecto.

No obstante, el frente sindical acude divido entre los llamados ‘reformistas’, partidarios de revisar en profundidad el proyecto, y quienes piden lisa y llanamente que vuelva al cajón del Ministerio.

Jornada de huelga en los trenes

Los promotores de la petición ‘Ley de trabajo, no gracias’, que ha superado ya el millón de firmas en la red, calculan que habrá unas 200 manifestaciones repartidas por toda Francia. En París, el epicentro de la protesta será la Plaza de la República. La jornada estará igualmente marcada por la huelga del transporte ferroviario-no vinculada a las marchas contra la reforma laboral-, convocada para reclamar mejoras salariales y más contrataciones. Este paro amenaza con alterar seriamente la circulación de los trenes regionales y algunos tramos de la red de cercanías, pero no afectará al metro de París. Tampoco se prevén grandes problemas en el tráfico de los trenes de alta velocidad.