Jér´me Kerviel, presunto autor del fraude de 4.900 millones de euros a la Société Générale (SG) mediante operaciones a término en los mercados europeos, fue imputado anoche por el juez de París Renaud van Ruymbeke, pero quedó en libertad bajo control judicial.

El juez rechazó la petición de ingreso en prisión hecha por el fiscal jefe de París, Jean-Claude Marin. Entre los presuntos delitos por los que la fiscalía abrió una instrucción judicial, el magistrado descartó el de intento de estafa. Kerviel está imputado por abuso de confianza, falsedad e "introducción en un sistema automatizado de datos informáticos". El delito más grave es el de abuso de confianza, penado con un máximo de siete años de prisión y 750.000 euros.

El fiscal había solicitado la prisión para garantizar la investigación ante el riesgo de fuga y para "proteger" al acusado, "que sufre una presión considerable".

El hecho de que Kerviel no sea acusado de estafa ni en grado de tentativa significa que no hay pruebas de enriquecimiento personal. De hecho, Kerviel aseguró a la policía que su único interés era beneficiar al banco que lo empleaba y negó que buscara enriquecerse. Admitió que disimulaba sus actuaciones, pero afirmó que en la SG no era el único en actuar como él lo hacía. Los jueces deberán aclarar si la SG miraba para otro lado mientras las posiciones tomadas por los brokers aportaban beneficios al banco.

El fiscal reveló que el mercado de derivados Eurex, sobre el que actuaba Kerviel, había alertado en noviembre a la SG, pero que el broker elaboró entonces un documento falso para garantizar la cobertura del riesgo. La investigación no demuestra un fallo general de los sistemas de protección de la SG, según la fiscalía. Durante sus dos días de interrogatorio, el autor del mayor fraude de la historia bancaria reconoció a la policía que actuó con una relativa libertad por su conocimiento de los controles.

Kerviel "esperaba aparecer como un corredor de bolsa de excepción" para "obtener primas de rendimiento superiores" a las percibidas hasta entonces, explicó el fiscal. En el 2006, cobró un bono de 60.000 euros, además del sueldo de 50.000, y pretendía ingresar una prima de 300.000 euros en el 2007. Las actuaciones irregulares del broker han durado dos años.

APOYO POLITICO A LA SG Al persistir las dudas sobre la actuación de la SG, la ministra de Economía, Christine Lagarde, salió ayer en defensa del banco al afirmar que no había ninguna razón para dudar de que la SG había hecho todo lo que convenía. De igual modo, Christian Noyer, gobernador del Banco de Francia, defendió la decisión de la SG de liquidar todas las posiciones de riesgo, que ascendían a 50.000 millones de euros el lunes 21 de enero. "Esta decisión es probablemente la única que podía tomarse para asegurar que la entidad no corriera también durante largo tiempo un riesgo dramático", dijo Noyer.