Si no se tratan las 30.000 hectáreas de arroz que este año se han cultivado en la región, los efectos de la pudenta --un insecto que reduce la calidad del producto-- sobre las 210.000 toneladas que se prevén cosechar pueden ser "dramáticas". Este es el mensaje que los arroceros extremeños han lanzado a la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural, que hasta ahora se encargaba de fumigar con malatión este cultivo en las campañas oficiales de tratamiento, pero que aún no ha decidido qué alternativa utilizar después de que no se haya concedido una prórroga especial para continuar usando este insecticida, cuyo uso está prohibido por la Unión Europea.

Tras la reunión mantenida ayer entre el consejero del ramo, Juan María Vázquez, y representantes del sector de arroz, la Junta ha anunciado que está estudiando "con urgencia" alternativas al malatión para tratar los arrozales contra la pudenta esta semana. Así lo anunció en un comunicado, en el que explica que este departamento "ha estado luchando junto con el sector por la autorización" del plaguicida esta campaña y ahora, después de que en julio se descartara definitivamente otorgar al mismo un permiso excepcional, se busca "con urgencia" una alternativa.

De momento, la Administración regional apunta que "no hay ningún producto autorizado" por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino contra la pudenta para tratamiento aéreo y "solo" se cuenta con un tratamiento autorizado que exige su aplicación terrestre con tractores, lo que supone una "dificultad" para el normal desarrollo de la campaña.

Ante esta situación, las cooperativas arroceras extremeñas advirtieron ayer de "daños dramáticos" en el cultivo si no se adoptan medidas para atajar la plaga de la pudenta, un insecto "bastante agresivo" que pica la hoja de la planta y deriora su calidad. Por ello, representantes del sector proponen a la administración que autorice el uso, antes del 20 de agosto, de alguna de las dos sustancias activas --cuyos nombre no quisieron precisar-- contra esta plaga que se emplean como alternativa al malatión, un producto fitosanitario prohibido completamente por las autoridades el pasado 22 de julio.