Letterone y la CNMV se mueven a la desesperada para salvar la opa de Dia. Si hace una semana el fondo Letterone pedía reducir del 35,5% del capital al 21% el nivel de aceptación mínimo para resolver con éxito la opa; ayer el fondo de inversión del magnate ruso decide eliminar «por completo» este umbral para conseguir hacerse con el control de la empresa.

En un hecho relevante emitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Fridman decide eliminar el nivel mínimo necesario para saldar con éxito la opa pero siempre que el regulador acepte mantener el precio de 0,67 euros por título como «precio equitativo».

El término precio equitativo hace alusión a un precio no inferior al pagado por los títulos de la empresa en los 12 meses previos a la oferta -en octubre de 2018, Mijail Fridman compró acciones a 3,73 euros-. Pero el inversor ruso se niega a aumentar el precio de 0,67 euros la acción por lo que quiere acogerse a una excepción de la normativa al aludir que la sociedad se encuentra «de forma demostrable en serias dificultades financieras».

El fondo de inversión del magnate ruso había pedido el pasado día 30 de abril reducir el umbral mínimo del 35,5% del capital al 21% con la condición de mantener el precio de 0,67 euros por título debido a las dificultades que encontraba para conseguir aumentar la participación de los accionistas. Entonces, la opa se quedó en stand by a la espera de que el regulador aceptase las condiciones en un plazo de tres días, que se cumplía este lunes.

Sin embargo, antes de dar luz verde públicamente, la CNMV habría pedido a Letterone eliminar por completo el nivel mínimo de aceptación para beneficiar a los accionistas que ya no tendrán que verse en la tesitura de elegir entre vender a un precio que muchos consideran de saldo (0,67 euros por título) o arriesgarse a perder todo, en el caso de que la opa no salga adelante y la compañía entrase en proceso de liquidación.

De esta forma, se saldrían con la suya tanto Mijail Fridman como los pequeños accionistas. El primero porque consigue, después de muchas dificultades demostradas a través de las numerosas reuniones con accionistas y de continuos anuncios sobre la viabilidad de la compañía, hacerse con el control de Dia. Y los segundos porque, después de poner en jaque la opa al negarse a vender porque consideraban muy bajo el precio de 0,67 euros, podrán mantener su capital en la empresa y esperar los frutos del plan de transformación de Fridman.

Una situación bien distinta a la de hace unas semanas, cuando el magnate ruso advertía a los accionistas minoritarios de que tendrían que elegir entre una especie de «muerte o susto». En un comunicado, Letterone les advertía de que si no vendían correrían el riesgo de ejecución de un plan sin garantías de éxito que tardará «varios años» en ofrecer resultados positivos, y les anunciaba que el fondo no mantendría la política de dividendos de la compañía.

Pero la situación ha cambiado. La decisión de la entidad que preside Sebastián Albella llegará en las próximas horas porque el regulador conoce la difícil situación financiera de la empresa que tiene hasta el 20 de mayo para realizar la ampliación de capital de 500 millones e impedir con ella la entrada en preconcurso de acreedores. Una inyección de capital que necesita el placet de los bancos acreedores a quienes la CNMV podría dar un empujón con su decisión.