Desde Nueva York, los países más ricos mendigan ante los exportadores de petróleo reunidos en Amsterdam un poco de clemencia para detener la subida del precio del barril. Es el eterno choque entre clientes y proveedores en un mercado que se mueve al vaivén de un cártel, la antítesis de la competencia. Con el precio del petróleo en niveles máximos, algunos países intentan sacar tajada y, de paso, demostrar su fuerza ante los poderosos. Pero éstos tienen la presión de las manifestaciones en ciernes de afectados por el litro de gasóleo. ¿Es posible un pacto entre cliente y proveedor?

*Periodista.