El pánico se apoderó de las bolsas internacionales. Los inversores corrieron en uno de los peores lunes negros de la historia bursátil --al menos para la bolsa española-- para poner a salvo su dinero ante la perspectiva de que las dos mayores economías del mundo, las de EEUU y Japón, puedan entrar en una fase de recesión. Las expectativas de cambio de ciclo arrastraron a los índices europeos a uno de los peores desplomes que se recuerda. Con ello, también tuvo mucho que ver que los operadores de los mercados se pusieran bajistas para obtener beneficios.

La bolsa española acusó, como el resto de las europeas, una jornada de pánico vendedor. El Ibex se desplomó el 7,54%, hasta los 12.625,8 puntos. Se trata del mayor descenso desde agosto de 1991 y el tercero más importante de la historia del indicador. También el resto de parquets continentales sufrieron una sangría vendedora. Los principales indicadores cayeron por encima del 5,5%. Algo de positivo tuvo la jornada: El petróleo cayó más de 1,5 dólares por barril y el euríbor retrocedió hasta el 4,4%.

"PANICO VENDEDOR" "Estamos ante una situación de pánico vendedor y desconcierto de los inversores por un deterioro de los mercados que no parece tener fin", comentó José Luis Martínez, estratega de Citigroup. La confusión sobre el estado de la economía dejó a las bolsas perplejas el viernes: solo pequeñas pérdidas. Pero el lunes trajo del Este noticias que los inversores no quieren oír. Japón se ve obligada a revisar a la baja sus expectativas de crecimiento y los bancos asiáticos ofrecieron señales de que la crisis subprime entiende la globalización. El Nikkei, principal índice de la Bolsa de Tokio, fue el primero en dar la alarma, cayó casi el 4% y le siguió la de Hong Kong, donde el Hang Seng perdió el 5,48%.

Pero para muchos analistas, el hecho de que el Banco de Japón se haya visto obligado a rebajar las expectativas de crecimiento del PIB del 1,8% al 1,2% no es causa suficiente para el estruendo bursátil de ayer. "En todo el día no ha habido ni un solo operador con formato de compra en los mercados europeos", explicó David Navarro, analista de Inversis. Lo que quiere decir que quienes mueven los capitales compraron por la mañana que los mercados bajarían por la tarde. "Esta situación no se puede anticipar, como tampoco un rebote con una intensidad similar, pero será pronto", agregó.

Pero el consenso negativo entre los operadores bursátiles se fundamenta en las incertidumbres económicas. ¿Qué efecto tendrá el plan fiscal anunciado por Bush en la economía europea? ¿Será suficiente para impedir una recesión? ¿Habrá una crisis económica? ¿Bajará la Reserva Federal los tipos de interés un cuarto de punto o medio? Cuestiones para las que, de momento, no hay respuestas. El director gerente de Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss- Kahn, apuntó que la crisis de los mercados "es seria" y que las bolsas "no han apreciado el paquete de medidas de Bush".

Las dudas no solo se circunscriben a las expectativas de crecimiento económico: "Hay que ver si estamos ante el desmoronamiento del sistema financiero", comentó Jordi Falgueras, director de análisis de Gaesco. A su juicio, hasta que los grandes bancos presenten sus resultados, el castigo bursátil puede seguir imponiéndose. Sigue sin estar claro hasta qué punto los bancos pueden estar perjudicados. El ministro de Economía, Pedro Solbes, opinó que "no hay que exagerar" los efectos de la caída, derivada de la preocupación por la situación de EEUU, y dijo que Europa está "razonablemente lista" para la desaceleración.