Los mercados se unieron ayer al pueblo egipcio y celebraron como mejor saben, comprando, el adiós (Ma´as-salama, en árabe) de Hosni Mubarak. No es por su fervor democrático, claro, sino porque no hay nada que disguste más a un inversor que la inestabilidad, y la situación en una zona clave para el suministro de petróleo de los países avanzados, particularmente de Europa, corría el riesgo de convertirse en un polvorín.

Las bolsas, que durante la primera parte de la jornada marcaban números rojos, se dieron la vuelta al cierre. El Ibex 35, que llegó a caer más del 1%, logró un avance del 0,11%, hasta los 10.803,6 puntos. Eso sí, la subida fue menor que la media europea (0,25%) y en la semana acumula un retroceso del 0,47%. Y es que las últimas sesiones han estado marcadas por las dudas que los titubeos del Gobierno han hecho rebrotar en los inversores.

Los mensajes contradictorios sobre la financiación de las comunidades autónomas y la reestructuración de las cajas de ahorro, los dos asuntos que más preocupan en el exterior, han frenado esta semana las subidas de la bolsa y los descensos de la prima de riesgo (probabilidad de impago percibida por el mercado), que sigue por encima de los 200 puntos básicos.

Solo la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha impedido que Portugal, cuya deuda sufre grandes presiones, diese un paso decidido hacia el rescate europeo. El lunes y el martes se reúnen el Eurogrupo y el Ecofin, y veremos sin son capaces de desatascar la negociación sobre la ansiada reforma del fondo de rescate europeo.

Habrá que ver también si las noticias que lleguen desde Egipto --una cosa es derrocar al tirano y otra tener un país estable-- logran abaratar el petróleo. El Brent, barril de referencia en Europa sigue por encima de los 100 dólares, lo que supone un riesgo de inflación y, por ende, de subida de tipos.

"Solo tenemos una aguja en nuestra brújula, que es la estabilidad de precios. Los riesgos desde la perspectiva a medio plazo para la evolución de los precios todavía están ampliamente equilibrados, pero podrían subir", advirtió ayer Jean Claude Trichet, presidente del BCE. Muchos frente abiertos.