"El finiquito llega al parquet y el Ibex se apalanca en los 9.900 puntos", decía uno de los comentarios habituales de la jornada bursátil. "El año está terminado", sentenciaba otro. Un preludio de lo que ya se ve como inevitable, si es que esta palabra es admisible al hablar de bolsa, cuando mañana se celebre la última jornada hábil de cotizaciones. El Ibex ayer apenas se movió cinco centésimas y se quedó en un atractivo 9.900, que parece un anuncio anticipado de precios de rebajas, la magia del 9 que precede a la decena y tienta al comprador.

Puestos a verle un cariz optimista, más vale esto que irse de rapel a los 9.500 puntos, lo que pondría mucho más en evidencia que el año ha sido magro en alegrías para el inversor: las pérdidas en lo que va de año se mantienen en el 17%. A la jornada de ayer, los muy cortoplacistas, o sea, los que con una semana ya vale, decían que se trataba de una fecha típicamente navideña: en toda Europa los índices se mantenían planos. Los medioplacistas, o sea, dos semanas por lo menos, matizaban que esa atonía ya se estaba viviendo desde el puente de la Constitución.

En la mirada obligada a lo que sucedía en Nueva York, además de la sorpresa de que en la capital del reino global se saben sacudir la nieve mejor que en el viejo continente, se comprobó la eterna paradoja de que una cosa es lo que sienten los consumidores y otra cómo se comportan. Ayer el índice de confianza del consumidor de Estados Unidos se reveló mucho más negativo de lo que se esperaba. Muy mal dato si se sabe que desde el Día de Acción de Gracias de finales de noviembre hasta el día de Navidad, un mes justo, el buen estadounidense está llamado a gastar poco menos que por el bien de la humanidad que sigue sus pasos en todas partes.

Menos mal que para compensar esa estadística negativa, se aportó una mucho más efectiva, no contante y sonante como el dinero en caja, pero lo que más se le parece: el gasto mediante tarjeta de crédito. Según MasterCard, entre el 5 de noviembre y el 24 de diciembre, los norteamericanos han pagado en plástico el equivalente a 584.000 millones de dólares.

De vuelta al corro español, las eléctricas recogían con ánimo alcista el enfado de los consumidores por el aumento de las tarifas a partir de enero, que puede llegar al 10%. Repsol (+0,05) anunció que había hecho plusvalías por la venta de su filial brasileña. Cayeron Telefónica (-0,02), BBVA (-0,02) e Iberdrola (-0.03). Los más alcistas fueron Técnicas Reunidas y OHL, y los más bajistas, Sacyr y Abengoa.