Cuando ya parecía imposible, Magna y General Motors lograron ayer alcanzar un acuerdo para realizar una nueva propuesta al Gobierno alemán para la adquisición de Opel.

La cancillera alemana, Angela Merkel, había dado un nuevo ultimátum el día anterior. La decisión sobre el fabricante alemán debía tomarse el viernes, para lo que requería ofertas mejoradas de Fiat y Magna antes de las 14 horas. Fiat no esperó. El consejero delegado de la empresa italiana, Sergio Marchionne, decidió marcharse antes del mediodía de Berlín y abandonar la lucha.

NEGOCIACIONES Magna se quedó sola con los americanos y, según fuentes cercanas a la negociación, llegó a pensar varias veces en levantarse de la mesa. "A veces parece que no quieran deshacerse de Opel", dijo un participante en las conversaciones, que aseguraba que General Motors seguía añadiendo nuevas exigencias al traspaso.

La actitud de los de Detroit no ha gustado en Berlín. Fue su primera exigencia extra de añadir 350 millones de euros a los 1.500 ofrecidos por el Gobierno alemán para la financiación transitoria de la empresa lo que frenó en un principio las negociaciones. El Ejecutivo de Merkel no quiere poner ni un céntimo más de sus contribuyentes en la operación y exige que sea el nuevo inversor quien aporte esa cantidad. Lo que no trascendió ayer son cuáles son esas nuevas exigencias de GM. Magna se había mostrado dispuesta a asumir el pago de los 350 millones desde el principio, pero, según afirmaban ayer algunos medios, GM habría puesto sobre la mesa nuevas exigencias para el traspaso de licencias y patentes.

COMPETITIVA A las 18 horas se reunieron finalmente de nuevo la cancillera, sus ministros de Economía y Finanzas, los primeros ministros de los estados federados y los representantes de las empresas implicadas. "No estoy seguro de que hoy alcancemos un acuerdo definitivo. Hay que revisar la propuesta en profundidad, así que esto no va a ser una cuestión de una o dos horas", advertía el ministro federal de Economía, Karl-Theodor von Guttenberg antes de entrar a la reunión como aviso a los que creían que acudían a un mero trámite.

Mientras tanto, en Bruselas, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, aseguraba que la factoría de Opel en Figueruelas (Zaragoza) tiene el futuro garantizado en el nuevo grupo automovilístico ya que es la "joya de la corona" y "la fábrica más competitiva" del grupo gracias al ajuste realizado. Sebastián dijo que los ministros europeos acordaron delegar en Alemania la negociación del acuerdo de segregación de Opel de GM, con la condición de que respalde "un proyecto europeo competitivo que garantice el futuro a largo plazo".

COMITE DE SEAT Por otra parte, la Moncloa hizo saber ayer que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero interrumpirá la próxima semana su participación en la campaña de las elecciones europeas para reunirse el miércoles con los representantes del comité de empresa de Seat, para escuchar sus propuestas sobre la situación laboral en la factoría de Martorell (Barcelona), así como la futura producción del automóvil Audi Q3.