Tras el espejismo del martes, seguimos de capa caída por la subida de tensión provocada por la deuda pública. Y lo peor es que no queda ni el consuelo de que el contagio de los problemas de Grecia, Irlanda y Portugal sea un mal menor. Porque la cosa puede empeorar.

Parece difícil de creer viendo al cabizbajo mercado español, pero las grandes bolsas europeas, las de primera división, están en máximos desde el 2008. Existe el riesgo, así, de que a los inversores les entre vértigo viendo el panorama y entren en una fase de recogida de beneficios.

De producirse, el mercado español, dicta la lógica, tendría que bajar menos porque su subida ha sido menor. Pero no está nada claro que la lógica cotice al alza. Como comentaba ayer el presidente de un banco con negocio básicamente doméstico, existe una relación directa entre la subida de la prima de riesgo y la caída en bolsa de las entidades financieras. Los depredadores bajistas están al acecho.

El problema es que no tiene pinta de que la deuda se vaya a relajar, por lo menos hasta diciembre, cuando se aclare el mecanismo europeo de rescate de países en riesgo de quiebra. Alemania, criticaba el ejecutivo, ha generado inquietud innecesaria al apuntar que los acreedores podrían tener que asumir un plazo mayor y una cantidad menor a cobrar en caso de rescate.

¿Y qué puede hacer el país para que los mercados le valoren mejor? "España está haciendo las cosas que tenía que hacer", defendió ayer José García Cantera, consejero delegado de Banesto. Es cierto, añadió el presidente de otro banco, pero hay que seguir actuando sin titubeos, porque cualquier signo de freno en las reformas sería catastrófico. Es decir, poco se puede hacer para mejorar la situación, pero mucho para empeorarla más.

Perseverar, por tanto, porque las señales siguen siendo preocupantes. Portugal tuvo problemas ayer para colocar unos 1.200 millones de euros. Y un periódico griego afirmó que el déficit del país será del 9,3% este año, en lugar del 7,8% anunciado. Así las cosas, la diferencia de rentabilidad del bono español a 10 años con el alemán repuntó hasta los 205 puntos. Y en consecuencia, el Ibex 35 se dejó el 1,68%, hasta los 10.235,4 puntos. Una vez más, una caída mayor que la media europea, que fue del 1,25%.

Todos pendientes, por tanto, de la reunión del G-20 de hoy y mañana, a ver si los líderes mundiales inyectan algo de confianza. Y de Telefónica, Abertis, Gamesa, Repsol e Indra, que presentan resultados.