"Tout fout le camp!" (¡Todo se pierde!) es la expresión preferida de los franceses para expresar su nostalgia por unos tiempos que ya nunca volverán. Hasta las míticas Gauloises (en francés, cigarrillo es femenino) han dejado de ser francesas. Desde ahora, la célebre marca de tabaco negro será fabricada en Alicante (España), una deslocalización acogida en Francia como una traición amorosa.

El grupo Altadis --nacido de la fusión entre la española Tabacalera y la francesa Seita-- acaba de cerrar la planta de Lille (norte de Francia) donde se fabricaban los cigarrillos preferidos de los obreros, artistas e intelectuales franceses. Sin embargo la marca no desaparece, puesto que junto con la no menos célebre Gitanes se seguirá produciendo en Alicante.

Sartre, Orwell y Malraux

Las Gauloises nacieron en 1910 para afrancesar otra marca anterior, las Hongroises, y fue el dibujante Giot quien en 1925 creó su símbolo: el guerrero con el casco alado. Un escritor como Orwell o el filósofo Sartre le dieron vida transformando el cigarrillo en prolongación de su mano o apéndice bucal. Hoy las costumbres han cambiado de tal manera que en nombre de lo políticamente correcto se han retocado las fotos de fumadores célebres como Sartre y Malraux para mostrarlas al público.

Incluso se provocó un escándalo con la reciente publicación en un cartel anunciador de una exposición-conmemoración del centenario del gran filósofo francés, de la imagen Sartre de la que se eliminó el cigarrillo pero no el humo. Incluso fue publicada por el diario Libération, que el pensador fundó y defendió durante años con la colilla en la boca. El escritor André Malraux sufrió la misma amputación.

Las emblemáticas volutas de humo de las Gauloises reconfortaron a los soldados franceses en las trincheras de la primera guerra mundial y más tarde, junto a las Gitanes embrumaron los cafés literarios de Montparnasse y Saint Germain de Pr¨s. Fumador empedernido, como el actor Jean Gabin o el poeta Jacques Prévert, el cantante iconoclasta Serge Gainsbourg les dedicó una canción: "Dios es un fumador de habanos, tu no eres más que un fumador de Gitanes y sin ellas eres desgraciado...", cantaba.

Las cajetillas de color azul tienen para los franceses tintes patrioteros y fueron las marcas preferidas de los jefes de Estado. El presidente Georges Pompidou los consumía encendiéndolos en cadena. El actual presidente, Jacques Chirac, en su época de fumador, confesaba "quemar" hasta tres paquetes diarios. Pero los hábitos sociales han cambiado. No sólo las ventas globales de cigarrillos caen irremisiblemente en Francia --un 21% el 2004-- sino que el tabaco negro sigue perdiendo cuota de mercado.

El año pasado se vendieron 55.000 millones de cigarrillos en Francia de los que sólo 6.280 eran de tabaco negro, lo que representa una caída del 28% con respecto al 2003. En Lille, la fábrica que ha cerrado definitivamente sus puertas daba trabajo a más de 500 personas y producía unos 19.000 millones de cigarrillos al año. El cierre clausura un largo proceso de recursos judiciales de los trabajadores de más de dos años. En este tiempo, la mayoría de los empleados de la fábrica han aceptado la prejubilación. Sólo medio centenar de trabajadores se han quedado en el paro.