Manuel Bermejo se ha ganado durante toda una vida de esfuerzo en el mundo del tabaco su título de Empresario Extremeño del Año 2009. Agroexpansión, la empresa que creara hace veinte años, es actualmente la única transformadora privada de tabaco del país. Con la supresión de las ayudas a la producción de tabaco a la vuelta de la esquina, Bermejo destaca por su carácter emprendedor y luchador contra todas las adversidades del mundo de los negocios.

--¿Cómo ha encajado usted el nombramiento de Empresario Extremeño del Año 2009?

--Como ya he dicho en otra ocasión sobre este tema, lo veo como algo muy inmerecido, porque siempre piensas que puede haber empresarios con más méritos que tú. Eso sí, no hay que perder de vista que llevo dedicado al mundo empresarial toda la vida.

Cuando uno lleva 45 años haciendo una misma cosa muy corto de entenderas tienes que ser para no hacerla bien. Recoger el reconocimiento al esfuerzo de una larga y dilatada carrera me enorgullece. Doy las gracias a EL PERIODICO EXTREMADURA y al jurado de los premios porque este reconocimiento me llena de una satisfacción plena.

--Además, el tabaco, el sector donde usted trabaja, vive unos momentos muy difíciles. ¿Ha sido el premio como una llamada de atención sobre esta situación?

--Creo que sí, que significa un aldabonazo sobre el mundo del tabaco. Es una contribución más de la que yo he hecho durante mi vida a este sector. Ha sido bueno y, sobre todo, muy oportuno en este momento.

--Su empresa ha protagonizado una evolución espectacular. Fue adquirida por una multinacional norteamericana y usted se volvió a hacer con ella y con la competencia. ¿Cómo fue esa aventura empresarial?

--Claro. Es que los americanos se iban y dejaban una fábrica en Extremadura con problemas y otra en Benavente igual. Era demasiada mano de obra que se iba a quedar sin trabajo y kilos de tabaco sin vender. Hubiera sido probable que esos kilos de tabaco los hubiera acabado por comprar la empresa pública, pero creo que eso es malo y que el Tribunal Europeo de Defensa de la Competencia no lo hubiera consentido.

--¿Cómo contempla el futuro del sector tabaquero a partir del 2010 cuando desaparezcan todas las subvenciones?

--Todos saben que siempre soy optimista. Hay que luchar en dos frentes. El primero es el institucional para conseguir que lleguen fondos de desarrollo rural al tabaco. No obstante, reconozco que es difícil que la Unión Europea deje que ese dinero llegue al sector. Otro frente es el de la reforma fiscal del tabaco, que creo que es mucho más factible. Las manufactureras están dispuestas a ayudar al tabaco español.

--¿Cuál fue el momento más complejo de su vida como empresario tabaquero?

--Cuando compré Agroexpansión y World Wide Tobacco. Los norteamericanos que la vendieron eran la segunda multinacional más importante del mundo y afirmaban que lo hacían porque el tabaco no se vendía y tenían un gran estock.

Aparecimos yo y mi socio Vicente Sánchez como ´dos pipiolos´ que compramos una empresa multinacional que decía que no se venía el producto. Eso era hacerse el harakiri. Gracias a Dios y a los conocimientos adquiridos a lo largo de tanto tiempo pudimos conectar con otras empresas y no tenemos ni un sólo kilo sin vender. Fue un momento crucial.

Yo lo tenía todo atado y bien atado. Sabía que los cultivadores me iban a vender el tabaco, pero no si me lo iban a comprar las manufactureras. Al final firmé acuerdos con Deltafina, una filial de Universal Leef y tengo contratos todos los años.

--¿Cuáles son las características que según su criterio debe tener un empresario de éxito?

--Eso lo podría haber contestado mi hijo el día de la entrega de premios, ya que es experto en ese tema y ha escrito un libro sobre la empresa familiar, que ha tenido un gran éxito de ventas y es toda una referencia mundial: ´Hacia la empresa familiar líder´. El explica cómo deben ser las cosas para que una empresa familiar funcione. Lo más importante de la empresa es el capital humano. El personal que tienes a tus órdenes tienen que ver la empresa como algo suyo. No sirve ver la empresa como algo que da de comer sino como algo que hay que defender. Si te falla eso la empresa fracasa seguro.

--Entonces su hijo, Manuel Bermejo Rodríguez, recoge el testigo de su trabajo en Agroexpansión.

--El ha creado un término que se está haciendo famoso. El a todos los empresarios los llama directamente "emprendedores".

Yo no quiero ser nunca empresario, ni lo quiero ser. Yo quiero ser emprendedor. Hay que tener la cabeza abierta y juvenil, como yo me siento a pesar de mis años, capaz de emprender cualquier tipo de trabajo. Creo que es una filosofía muy buena para combatir la crisis.

--¿Qué aconsejaría en estos momentos de crisis a cualquier empresario?

--Pues eso, que sea emprendedor, que no se le nuble la mente. Lo mejor es rodearse de buena gente e ir al mercado con nuevas iniciativas y tecnologías. En una palabra, seguir creando puestos de trabajo, siempre que eso sea rentable.

--¿Ha celebrado el premio con sus empleados, lo tiene en un lugar preferente en su despacho?

--Dentro de poco voy a tener una comida con los trabajadores de Agroexpansión con motivo de los veinte años de la empresa y les transmitiré que una parte importantisima de este premio les corresponde a ellos.