Los centros de investigación y desarrollo de las marcas automovilísticas se han convertido en búnkeres. Los fabricantes quieren pilotar la apuesta estratégica del sector por la revolución eléctrica, con unas inversiones multimillonarias en el desarrollo de nuevos vehículos y de baterías.

Las compañías buscan alianzas para sufragar esos gastos, pero tienen claro que su objetivo es mantener el control de la nueva tecnología, según el resultado de un sondeo realizado por la consultora KPMG con altos directivos del sector en todo el mundo.

El 71% considera que las marcas de automóviles conseguirán retener el control sobre la tecnología sin emisiones que se está abriendo paso. Sin embargo, tendrán que ceder una parte del dominio a proveedores de componentes y a compañías eléctricas, según manifiestan el 16% y el 13% de los encuestados.

"Será necesario aumentar las inversiones debido a los retos de la revolución que se avecina, lo que impulsará las alianzas para no soportar el esfuerzo en solitario", dice Francisco Roger, socio responsable de automoción de KPMG en España.

INVERSIONES CON RIESGOS Pese al alto riesgo por una demanda que no despegue, las marcas se han volcado en mejorar las prestaciones y en ampliar la gama de modelos que estará disponible en los próximos años. "Por ahora, los coches eléctricos no son competitivos en el mercado, pero las marcas siguen invirtiendo en ellos", indica Roger.

Las prioridades en la investigación en los próximos cinco años serán los híbridos (con motor eléctrico y de gasolina o gasóleo) y los eléctricos puros.

En este contexto, el registro de las patentes y la batalla legal frente a casos de espionaje o plagio será algo decisivo, según Ignacio Marqués, abogado del bufete Baker & McKenzie especializado en propiedad industrial.

El caso de una fuga de información de los coches eléctricos de Renault es el último de una larga lista. "Las empresas --dice Marqués-- han de blindar a los responsables técnicos y restringir el acceso a la información".

Para reducir el riesgo de fugas de cerebros o de secretos, el abogado recomienda a sus clientes una política de prevención basada en mejorar la remuneración y la consideración del personal.

La estrategia legal incluye también el registro de las nuevas patentes en los principales paí- ses o incluso con una cobertura mundial. En caso de fugas o copias, Marqués aconseja una "respuesta rápida y contundente".