Algunos coches incorporan ya sofisticados sistemas electrónicos que ayudan a aparcar, ponen en marcha los limpiaparabrisas si llueve y conectan los faros al entrar en un túnel. Es solo un anticipo del futuro coche inteligente, un vehículo del que ya existen prototipos y que irá equipado con cámaras de vídeo, de infrarrojos, radares y detectores por láser. Las grandes marcas se han volcado en una carrera por dominar la investigación y el desarrollo (I+D) de los nuevos dispositivos, que se enmarcan en el objetivo europeo de reducir en un 50% las muertes en accidentes de tráfico (41.000 en el último año) hasta el 2010.

"En unos años, el coche será un compañero del conductor, un asistente que en ocasiones tomará el control", aseguró Renzo Cicilloni, investigador de Fiat, en el marco del Salón del Automóvil de Barcelona. Un ejemplo es un sistema de freno automático de emergencia, que detiene el vehículo si detecta peligro de colisión con un obstáculo o una persona en la carretera.

Las empresas que han desarrollado los prototipos han mostrado los últimos avances en una jornada de la Sociedad de Técnicos de Automoción (STA). El modelo desarrollado por el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia para Citroën dispone de ocho radares, tres cámaras de infrarrojos, una de vídeo y tres escáneres de láser.

DISPOSITIVOS DE ALERTA Con todos estos dispositivos, es posible avisar al conductor del peligro de colisión frontal, lateral y trasera; situar al coche entre las líneas del carril y alertar en caso de que el vehículo se desvíe; mejorar la visión nocturna; rastrear la presencia de peatones en la vía; adaptar la velocidad a las señales de tráfico reconocidas por el sistema; un práctico dispositivo de visión para cruces con esquinas en ángulo recto y, por último, anticipar la puesta en marcha de los equipos de seguridad en caso de que el cerebro informático considere que el choque es inevitable.

Con todo ello, ¿porqué no hay coches con piloto automático? El investigador de BMW Jan Loewenau ensaya una respuesta: "El conductor tiene la responsabilidad de conducir. El sistema le informa, pero la persona hace lo que quiere. Es necesario un proceso de educación de los conductores, porque se necesita como mínimo dos días para dominar un coche". Pese al impresionante equipamiento, el prototipo desarrollado en Galicia permite al automovilista desconectar los sistemas.

El coste y el peso, y el consecuente aumento del consumo y de las emisiones de gases, son dos de los inconvenientes para implantar las nuevas tecnologías. "Buscamos soluciones de seguridad para todos los coches y propietarios, no solo los de gama o clase alta. Ese es el reto", indicó Francisco Sánchez, director del centro gallego.

MENOS TAMAÑO La multinacional Ficosa apuesta fuerte por el desarrollo del coche inteligente. Una de las líneas de actuación es la reducción del tamaño y el peso de los dispositivos. En el salón mostró prototipos de cámaras del tamaño de una moneda de dos euros instaladas bajo un espejo lateral para alertar de la presencia de un coche en caso de querer adelantar para evitar el riesgo del ángulo muerto.