La primera vez que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, compareció ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, en diciembre del 2011, la crisis y la inestabilidad financiera empujaban a la zona euro hacia una segunda recesión. Ocho años después, el italiano se ha despedido de esta institución -el 1 de noviembre le sustituirá la francesa Christine Lagarde- defendiendo el último paquete de estímulos aprobado hace 10 días por el consejo de gobierno del BCE y reclamando una «contribución decisiva» de la política fiscal que complemente la eficacia de la política monetaria.

«Cuando el consejo de gobierno se reunió hace dos semanas, se enfrentó con una desaceleración más rápida y extensa de lo previsto, riesgos a la baja más persistentes y un nuevo retraso en la convergencia de la inflación hacia nuestro objetivo. Así que una respuesta fuerte de la política monetaria era indispensable», ha justificado ante una audiencia que le ha ofrecido una placa de recuerdo como despedida.

panorama sombrío / Como telón de fondo, un panorama económico mucho más sombrío del pronosticado hace apenas unos meses, con una ralentización más rápida y prolongada, una inflación persistentemente por debajo del objetivo del 2% (la previsión apunta al 1,2% en el 2019 y 1% en 2020), sin «signos convincentes de un repunte del crecimiento en un futuro próximo» y «con riesgos de crecimiento todavía inclinados a la baja».

Concretamente, Draghi ha recordado que la entidad bancaria se ha visto obligada a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento, al 1,1% en el 2019 (seis décimas menos que lo estimado en diciembre del 2018), y al 1,2% en el 2020 (medio punto por debajo), que el BCE atribuye a la debilidad del comercio internacional en un entorno incierto.

Durante su último diálogo monetario, Draghi también ha vuelto a reiterar que los países con margen fiscal deberían actuar y aquellos sin margen proseguir con las reformas estructurales. El italiano ha utilizado su última intervención ante la cámara para defender un instrumento presupuestario para los 19 países del euro y ha urgido a completar la unión bancaria.

Los bonos, afectados / Los bonos de la zona euro acusan la caída económica y refuerza el temor de recesión El rendimiento de los bonos en la zona del euro se fueron a la baja ayer después de que se registraran datos de actividad empresarial más débiles de lo esperado de las economías más grandes del bloque, lo que profundiza los temores de recesión de los inversores. La actividad del sector privado alemán se redujo por primera vez en seis años y medio en septiembre cuando la recesión manufacturera se intensificó y el crecimiento en el sector de servicios perdió impulso. El índice compuesto de gerentes de compras (PMI), que analiza los sectores de manufactura y servicios --representan más de dos tercios de la economía de Alemania--, cayó a 49,1 desde 51,7 en el mes anterior. El comercio francés también se desaceleró.