Ante la avalancha de problemas, remedios temporales. Viajes Marsans, pese a que el martes por la tarde la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) le retiró la licencia de venta de billetes de avión, pudo ayer llegar a acuerdos bilaterales con Iberia, Air Europa, Spanair, British Airways y Vueling para "reservar" vuelos. Así, consigue continuar "vendiendo" billetes de avión, aunque oficialmente las que los venden son las aerolíneas.

A primera hora de la mañana de ayer, informó a sus trabajadores de que gracias a las "gestiones" realizadas podían volver a "reservar" vuelos de las citadas aerolíneas, que representan el 65% del volumen total de ventas de la agencia. Las sucursales recuperaban así la actividad, como lo hacía la web de la empresa, que estuvo caída durante varias horas la tarde del martes por "tareas de mantenimiento".

Una vez reactivadas las ventas, la preocupación de Gerardo Díaz Ferrán y de su socio Gonzalo Pascual, dueños de la compañía, fue reunir los 20 millones en avales que les exige la IATA para la devolución de la licencia. Fuentes de la empresa aseguraron que "se está buscando una solución" al problema de los avales, y que la compañía se había reunido ya con varias entidades bancarias.

Pese a ello, la firma considera "injusta y desproporcionada" la sanción, y por ello presentó ayer una denuncia por daños y perjuicios contra la IATA. "No es cierto que hayamos incumplido o retrasado en los pagos", aseguró el presidente del grupo, Gonzalo Pascual, a RNE. También denunció que "hay una campaña contra Marsans" y que "algunos intentan aprovechar las dificultades para darnos un empujoncito". Respecto a las nóminas, Pascual señaló que los empleados de la compañía "han cobrado siempre", aunque precisó que "este mes hubo retraso".

Mientras el grupo busca avales, sindicatos, organizaciones e incluso el Ejecutivo evaluaron la situación de la firma. El vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), José Luis Zoreda, afirmó que "la opinión pública no se sorprenderá demasiado si al final Marsans no puede levantar el vuelo"; UGT y CCOO se mostraron "preocupados" por el futuro de los empleados; y el ministro de Industria, Miguel Sebastián, deseó que la empresa "recupere la normalidad lo antes posible".