El Departamento de Justicia estadounidense anunció ayer que 14.700 contribuyentes han confesado que poseen cuentas bancarias en el extranjero para eludir al fisco norteamericano. Al confesar, estos evasores sufrirán unas sanciones inferiores, porque el Gobierno federal propuso una amnistía parcial a todos aquellos que se autoinculparan antes del 15 de octubre.

Durante años, el secreto ha sido uno de los activos de la banca suiza y de quienes decidían abrir allí sus cuentas. El 19 de agosto, y ante la amenaza de que una demanda impulsada por Washington contra UBS debilitara irremediablemente ese punto fuerte y forzara al banco a dar el nombre de hasta 52.000 de sus clientes, Suiza alcanzó un acuerdo con EEUU por el que el gigante bancario revelaría las identidades de 4.450 estadounidenses que han defraudado a su fisco.

Los detalles del acuerdo se mantuvieron en secreto, como estrategia del Gobierno de Estados Unidos para presionar a los evasores a confesar sus operaciones bancarias internacionales. Hasta ayer.