Clarea en el nublado horizonte económico de Alemania. Al menos así lo apuntan las expectativas de expertos financieros respecto a la coyuntura económica de la locomotora europea, que crecieron sorprendentemente en noviembre.

El indicador del Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW, en sus siglas en alemán), hecho público este martes, creció en más de 20 puntos, algo que sorprendió a analistas y economistas, puesto que Alemania lleva meses bordeando la recesión. El indicador, no obstante, sigue estando en negativo (-2,1 puntos). Expertos consultados por la agencia Reuters habían predicho una mejora mucho menor.

Crece la esperanza de que el entorno político y económico internacional mejore en el futuro próximo, asegura Achim Wambach, presidente del ZEW. Es la razón del fuerte crecimiento de las expectativas, añade Wambach. Las posibilidades en un acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea, y en una consecuente salida ordenada británica del vloque, son claramente mayores ahora. A ello hay que sumarle que la introducción de aranceles a las exportaciones de coches europeos por parte del gobierno de Donald Trump parece también ahora más improbable que meses atrás.

Alemania, una economía cuyo PIB descansa casi en un 50% en las exportaciones, es muy sensible a las turbulencias internacionales y a los vientos proteccionistas como los que vive actualmente la economía global. Por eso, cualquier indicio que apunte hacia acuerdos comerciales entre los grandes bloques económicos o a una relajación de las medidas proteccionistas de Estados Unidos o China mejora sus perspectivas. Esto último es clave en la mejora del índice ZEW para noviembre.

VOCES ESCÉPTICAS

Pese al llamativo aumento del indicador del instituto económico, no tardaron en aparecer voces que frenaron el optimismo y la euforia sobre una economía que lleva varios trimestres coqueteando con caer en recesión tras una década de crecimiento ininterrumpido. La industria automotriz, uno de los motores económicos más importantes de Alemania muy castigado por escándalos, sigue arrastrando serios problemas de credibilidad y también en su modelo de negocio.

La transición del motor de combustión a la movilidad eléctrica continúa estando ligada a un profundo cambio estructural de la industria alemana del automóvil. Las industrias adyacentes y las empresas de ingeniería mecánica se ven afectadas por ese proceso, analiza Thomas Gitzel, economista jefe del VP Bank, en declaraciones a la agencia Reuters. Jens-Oliver Niklasch, del banco alemán LBBW, advierte igualmente que lo peor de la guerra comercial todavía no ha pasado.

El PIB de Alemania cayó hasta el -0,1% el segundo trimestre de este año a causa de unas exportaciones muy golpeadas por las turbulencias en los mercados internacionales. El jueves de esta semana, la Oficina Federal de Estadística publica los datos de crecimiento del tercer trimestre de 2019. Un nuevo dato negativo colocaría a Alemania oficialmente en la recesión.