El Parlamento portugués aprobó ayer un presupuesto de austeridad para el 2011 que permitirá reducir drásticamente el déficit del país. No obstante, este esfuerzo puede ser insuficiente para descartar el riesgo de un escenario a la griega o a la irlandesa. Los mercados están temerosos de que, después del anuncio de rescate de Irlanda, Portugal sea el siguiente país en pedir ayuda a la UE y al FMI.

El presupuesto es de un rigor sin precedentes y tiene por objetivo reducir el déficit del 7,3% del PIB de este año al 4,6% a finales del 2011. No obstante, el rotativo alemán Finantial Times Deustschland publicó ayer que el BCE y algunos países de la zona euro están presionando a Lisboa para que solicite ayuda.