La cancillera alemana, Angela Merkel, ha lanzado un mensaje claro para facilitar la salida a la crisis financiera. La solución debe partir de la colaboración de todos, de la UE, de EEUU y del FMI. Merkel ha criticado en concreto la negativa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a establecer una tasa sobre las transacciones financieras. "No puede ser que aquellos que desde fuera han exigido una y otra vez a los países de la eurozona una acción conjunta, se nieguen a la introducción de una tasa conjunta a las transacciones financieras", ha asegurado la jefa del Gobierno alemán en un discurso ante el sindicato metalúrgico IG Metall en Karlsruhe (suroeste del país).

Además, la cancillera ha afirmado que no se puede descartar una quita de la deuda griega, pero antes de adoptar cualquier decisión de ese calibre se han de analizar cuidadosamente sus ventajas y desventajas. "Nada puede ser declarado como impensable, pero todo debe ser analizado teniendo en cuenta sus riesgos", ha agregado Merkel, que a continuación ha señalado que sería una "irresponsabilidad" recurrir a un recorte de la deuda helena "como un acto de desesperación".

Además, la cancillera ha tratado de rebajar las grandes expectativas creadas en torno a la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) y la eurozona, prevista para los próximos 23 y 24 de octubre en Bruselas. "No hay un único golpe de efecto con el que todo se va a solucionar", ha argumentado Merkel en línea con lo que ha señalado en los últimos meses en los días previos a cada encuentro de líderes comunitarios.

En este sentido, ha agregado que el grave endeudamiento de algunos países de la eurozona y su falta de competitividad económica se ha ido conformando a lo largo de "años y décadas", por lo que las soluciones no se pueden encontrar "de la noche a la mañana". La solución a la crisis de la deuda, ha añadido, es un "proceso largo y arduo" que se compone de "muchos pasos y medidas". Asimismo, Merkel ha vuelto a reiterar la intención de su Gobierno de apoyar un proceso a nivel europeo de recapitalización de la banca, lastrada por la tenencia de bonos soberanos, y su negativa a la instauración de los títulos de deuda comunes de la eurozona, los denominados eurobonos.