La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han alcanzado un acuerdo sobre las condiciones en que se debe aplicar el segundo rescate económico solicitado por Grecia. Finalmente Alemania ha conseguido que se acepte su exigencia de que acreedores privados, bancos y aseguradoras participen en las ayudas al país heleno, sin embargo esa participación será "voluntaria", según han destacado Merkel y Sarkozy al final de la reunión que han celebrado este viernes en Berlín."Queremos una participación de los acreedores sobre una base voluntaria. Insisto en lo de la base voluntaria", ha subrayado la cancillera, que ha insistido en la necesidad de "encontrar una fórmula conjunta con el Banco Central Europeo". Tanto Merkel como Sarkozy han coincidido en la necesidad de que el nuevo programa de ayudas para Grecia se apruebe "lo antes posible", una vez que se presenten las conclusiones del análisis técnico sobre la situación de Grecia, en consonancia con el BCE.No han detallado las modalidades técnicas de la participación de los acreedores privados. Sarkozy sí ha precisado que lo verdaderamenet importante son los "cuatro principios" en los que hay acuerdo entre Francia y Alemania. Esos cuatro principios son la voluntariedad, el evitar un credit event (incumplimiento crediticio), la cooperación con el BCE y el logro de una solución para Grecia lo más rápido posible.Antes de agosto"No fijamos una fecha, pero es claro que en septiembre no sería lo más rápido posible, que en agosto pasan pocas cosas y que ya estamos a mediados de junio, entonces creo que ustedes pueden entender aproximadamente lo que queremos decir", ha afirmado Sarkozy.Tanto la cancillera como el jefe del Elíseo han destacado que el principio de acuerdo sobre la participación de los acreedores privados se mueve dentro del espíritu de la llamada iniciativa de Viena. Esta iniciativa no está muy lejos de la propuesta inicial del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quien sugirió una prolongación de siete años de los plazos de vencimiento de los títulos de deuda griega a través de un cambio de bonos.No obstante, la iniciativa de Viena se diferencia de la propuesta de Schäuble en un detalle fundamental. Mientras en el plan del ministro alemán los bancos cambiarían los viejos títulos por otros nuevos, con los mismos intereses pero con un vencimiento posterior, en la iniciativa de Viena formalmente se cancelarían los viejos títulos y luego los bancos comprarían nuevos. Aunque el efecto para la deuda griega sería el mismo, un efecto de siete años, esta fórmula podría tener una repercusión distinta en la valoración de las agencias de calificación de riesgo.