El expresidente del grupo franco-americano Vivendi Universal (VU) Jean-Marie Messier fue detenido ayer por la policía financiera de París para ser interrogado por la presunta falsificación de cuentas de ese grupo de comunicación, hecho por el que ya han sido procesados otros exdirectivos. Messier, que tuvo que dimitir de su cargo en julio del 2002 a causa de la grave crisis financiera que afectaba a Vivendi y los rumores de manipulaciones contables, quedó bajo custodia el tiempo legal que suele preceder al procesamiento.

Para la justicia francesa, Messier es sospechoso de ordenar la difusión de falsas informaciones en el mercado y de manipulación de la cotización de las acciones del grupo. Son precisamente los pequeños accionistas, los principales afectados por estas manipulaciones, los que interpusieron la denuncia y han obtenido la apertura de la actual investigación judicial.

Messier acudió ante la policia financiera con abundantes papeles con los que esperaba justificar su acción ante los investigadores. La situación no le sorprendió, ya que los jueces que instruyen el sumario, Henri Pons y René Cros, han procesado a varias personas, incluido su brazo derecho y antiguo director financiero, Guillaume Hannezo.

PROCESADO El pasado día 4, Hannezo fue acusado de difusión de informaciones falsas al mercado, manipulación de cotizaciones y uso de información privilegiada, tras permanecer detenido durante 36 horas en los locales de la brigada financiera de París. En marzo pasado, el propio Messier, según recordó su abogado, pidió ser procesado para tener acceso al sumario, explicarse y defender mejor a sus antiguos colaboradores.

El punto de partida de la investigación judicial es un informe de la entonces Comisión de Operaciones de Bolsa (COB) sobre las cifras publicadas por la compañía entre el 2000 y el 2002, de cuya sinceridad la autoridad bursátil ha manifestado dudas. Además, los jueces instructores, que disponen de correos electrónicos requisados en la sede de Vivendi, cuestionan las reglas contables que se utilizaron durante la presidencia de Messier, en particular para la consolidación de sus filiales Cegetel y Maroc Télécom, según el diario francés Le Monde .

También se interesan por una declaración de Messier, que tras absorber Seagram dijo que el grupo no estaba endeudado, cuando en realidad tenía un pasivo de 12.000 millones de euros (unos dos billones de pesetas), además de los 15.000 millones de su filial Vivendi Environnement, ahora bautizada Veolia.

PRECIO DE LOS TITULOS Otro capítulo son las operaciones de autocartera llevadas a cabo por VU, sobre todo tras el 11 de septiembre del 2001, durante las que se estima que gastó unos 1.500 millones de euros. El problema es que esas intervenciones en el mercado, según los investigadores, se hicieron con opacidad hacia los accionistas para mantener la cotización en los días que precedieron a la publicación de los resultados.