Microsoft desveló ayer en el Mobile World Congress, en Barcelona, el nuevo sistema operativo para móviles Windows Phone 7 Series, su arma para ganar terreno en un sector en el que no ha logrado grandes resultados, frente al dominio de Symbian (Nokia) y Blackberry y el empuje de la plataforma de Google, Android. El resultado es una plataforma dinámica, que da gran importancia a las aplicaciones, la navegación por internet y las redes sociales. El consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, hizo la presentación. Su poder de convocatoria atrajo a centenares de periodistas.

"No cabe duda de que el mercado de telefonía es altamente competitivo, altamente dinámico y superemocionante", apuntó Ballmer. Ante la fuerte competencia, el Windows Phone 7 es, según el máximo directivo de Microsoft, "un gran paso" con el que confían lograr un "fuerte impacto en el mercado". El anterior sistema operativo, Windows Phone 6.5, no obtuvo según los analistas una gran acogida.

Los terminales con esta plataforma, sin embargo, se harán esperar, ya que no llegarán hasta finales de año. En su desarrollo colaborarán fabricantes como Dell, Garmin-Asus, HTC Corp., HP, LG, Samsung, Sony Ericsson, Toshiba and Qualcomm. También hay acuerdos con varias operadoras, entre ellas Telefónica, Orange y Vodafone.

Ballmer destacó la necesidad de trabajar en coordinación con los fabricantes y los operadores para que la experiencia del usuario sea óptima. El consejero delegado remarcó que el nuevo sistema operativo no es una simple evolución del anterior, sino que es muy diferente a lo visto hasta ahora de la compañía.

La pantalla de inicio del Windows Phone 7 está estructurada en varios apartardos, que denomina hubs, un concepto normalmente referido a los aeropuertos que son grandes nudos de conexión. Los hubs de Microsoft son apartados temáticos.