No era dinero negro. Los 1.800 millones de euros en varias cuentas que bloqueó el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón a principios de este mes por un supuesto blanqueo de fondos correspondían casi en su totalidad a operaciones de tesorería del BNP en Londres, no a dinero de terceros.

Así lo revelaron al magistrado representantes de la entidad financiera durante una declaración realizada ayer en la que desvelaron que se trataba simplemente de operaciones de tesorería, según fuentes jurídicas. El juzgado investigó quiénes eran los propietarios del dinero que, a tenor de las primeras pesquisas, podían ser personas que ocultaban capitales al fisco.

Las declaraciones de BNP no van precisamente en esa dirección. El dinero procedía de una sociedad instrumental del banco con sede en Irlanda, denominada Aquarius, y se colocaba a través de depósitos a plazo en el mercado español, en lugar de hacerlo a través del interbancario, según medios jurídicos. Se trata de una práctica que llevan a cabo muchos bancos multinacionales para obtener mayor rentabilidad para su tesorería, según fuentes financieras.

SIN TRAMAS La aseguradora catalana Cahispa intermedió en estas operaciones frente a otros bancos en España también con el objetivo de rentabilizar la inversión de sus provisiones matemáticas, según la misma declaración. Es por ello que un empleado de esta entidad y otros del banco, de forma mancomunada, tenían poderes para traspasar dinero efectivo de cuentas corrientes a depósitos, sin que actuaran en nombre de supuestos clientes. Las revelaciones del BNP desbaratan las tesis según las cuales existía una trama para eludir al fisco en la que habría intervenido el BNP, el banco portugués Espirito Santo y Cahispa. Esa presunción originó la denominada operación Suéter.