De la misma forma que la sociedad y la población evolucionan, también lo hacen todas sus necesidades. Nuestras preferencias cambian y, si bien hay cosas que permanecen inalterables, otras tantas sí cambian con el paso de los años. Y un clarísimo ejemplo lo tenemos en el ámbito de la economía, tan cambiante como el panorama económico del país. Familias que antes pasaban por apuros de dinero y ahora se ven envueltas en un mar de calma, o viceversa, son parte de una tónica mucho más habitual de lo que creemos.

Hace unos años, las complicaciones para solicitar un préstamo o un crédito eran muy grandes. La mala situación de la economía familiar en más de un hogar, e incluso su pertenencia a algún listado de morosidad como el de ASNEF, complicaba mucho las cosas al acudir a alguna entidad a solicitar un crédito. Sin embargo, como acabamos de decir, todo ha cambiado, y eso incluye también a los productos económicos que podemos obtener.

Ahora, la mayoría de hogares busca algo mucho más rápido, a veces con cuantías pequeñas, pero que se pueda tramitar sin complicaciones. Las entidades financieras han tomado buena nota de ello, y para poder suplir esta demanda han colocado entre el abanico de ofertas a los minicreditos. Algo muy rápido e ideado para esos pequeños agujeros en la economía familiar que surgen de imprevisto.

Su nombre lo dice claro, se trata de pequeños créditos, con cuantías que no suelen llegar a superar los 1.000 euros, orientados a esos gastos inesperados que hacen temblar las cuentas a fin de mes. Una avería del coche, una reparación con la que no se contaba, cualquier cosa que, por ejemplo, en estas fechas cargadas de gastos no sean más que un quebradero de cabeza y un dolor para el bolsillo.

Multitud de compañías los ofertan. Casas populares como Zaplo, Creditea, Wincredit o incluso Vivus se han sumado a esta tendencia de facilitar las cosas al solicitar un préstamo pequeño. Para ello ofrecen una interfaz simple e intuitiva, en la que el usuario solo tiene que indicar el importe necesario y el plazo para la devolución, viendo el montante total a devolver (préstamo más intereses) y procediendo a rellenar los datos personales mínimos y necesarios para la solicitud.

Las facilidades y las cuantías no son los únicos elementos diferenciadores de estos productos económicos, también lo es la velocidad con la que se tramitan. El solicitante recibe una respuesta en minutos o incluso en segundos y, cuando es afirmativa, cuando se ha aceptado la solicitud de préstamo, puede recibir el dinero en menos de 24 horas y, en ocasiones, hasta en menos de 15 minutos. Todo dependiendo de la entidad a la que se pide y de la cantidad que se pide.

Minicréditos con ASNEF

Una de las variantes más solicitadas de estos préstamos reducidos son los MiniCréditos Para Personas con ASNEF. Estos, pensados para todos aquellos registrados por este organismos encargado de listar a los morosos y deudores, evitan la imposibilidad que anteponen las entidades económicas principales al encontrarse con una persona registrada en dichos listados.

Por norma general, sus requisitos son algo mayores que los de cualquier minicrédito común. Aunque la diferencia no es más que le necesidad de presentar una garantía de que hay ingresos regulares (por ejemplo, una nómina), para que la entidad pueda estar segura de que podrá recibir de vuelta el importe expedido.

Para todo lo demás, su funcionamiento es prácticamente idéntico al de los créditos reducidos. Se tramitan a través de internet, con todo tipo de comodidades y una rapidez que muchos ya quisieran siquiera imaginar. Son una vía sencilla, rápida, útil y efectiva de conseguir con un pequeño ingreso extra en caso de apuro inesperado.

Tanto los minicréditos con ASNEF como los normales son fruto del adentramiento de internet en nuestras vidas. Gracias a esta tecnología, las compañías han podido elaborar plataformas que agilizan todos los trámites y facilitan tanto el empleo por parte del usuario como su labor para estudiar cada caso, denegarlo o aceptarlo y actuar en consecuencia. Todo esto tiene, como resultado, plazos de espera casi inexistentes, ideales para momentos de auténtica urgencia.

Así que, si te encuentras en una situación económica que no está en su mejor momento y necesitas una inyección rápida de dinero, ya sabes que hay multitud de entidades dispuestas a echarte un cable con la mayor presteza. En internet, además, hay portales que ejercen de comparadores, listando las mejores en función del dinero que necesitas y el plazo que puedas establecer para devolverlo.

Facilidades y nada más que facilidades, aunque siempre con un tinte de responsabilidad. Es importantísimo valorar bien los plazos colocados para el pago.