Más de cinco millones de unidades este año en todo el mundo, según la consultora Gartner, y subiendo. Los miniordenadores portátiles --pensados para conectarse a internet, escribir y poco más, pero ligeros y sobre todo muy baratos-- están elevando las ventas de portátiles gracias a que han captado el interés de un público cada vez más amplio. Solo Acer lleva vendidos en España más de 30.000 en mes y medio, una cifra que consideran "sorprendente para un producto de una categoría nueva". Es el nuevo filón de la industria, que ve con sorpresa cómo los usuarios se ven capaces de prescindir de muchas de las funciones que les ofrece un portátil.

Los miniportátiles o netbooks (juego de palabras con notebook , portátil en inglés, y net , red o internet) nacieron como la alternativa comercial del ordenador del tercer mundo que impulsa Nicholas Negroponte desde el MIT en el proyecto One laptop per child (un ordenador para cada niño): un PC de prestaciones muy reducidas (pantalla en blanco y negro, recarga solar, carga a manivela) pensado para estudiantes de países desfavorecidos que debía costar 100 dólares (67 euros). Su corazón era un procesador de 64 bits de AMD y su sistema operativo, una versión de Linux Fedora, lo que dejó fuera a Microsoft y a Intel, el binomio más habitual en un ordenador doméstico.

MENOS PRESTACIONES Los netbooks hay que leerlos como la reacción de los fabricantes al interés que despertó esta máquina y al empeño de Intel y Microsoft por demostrar que también podían estar en ese mercado de ordenadores muy asequibles. Estos miniportátiles cuestan algo más que el de Negroponte (que finalmente supera los 200 dólares), pero aun así su precio está en menos de la mitad del de un portátil sencillo de 15 pulgadas: entre 245 y 399 euros. Pero también sus prestaciones son mucho menores.

Construidos sobre un procesador Atom de Intel con wi-fi integrado, funcionan sobre Linux o sobre Windows XP, pero no sobre Vista, porque el último sistema operativo de Microsoft requiere más potencia. El primer fabricante fue Asus, con sus Eee de pantalla de siete pulgadas y Linux --han incorporado Windows en la segunda generación--, que lo convirtió en el regalo de las Navidades en EEUU a 299 dólares (202 euros).

A estos han seguido Acer, con su Aspire One (con Linux o Windows), Airis con el Kira, Medion (con Windows, pantalla de 10 pulgadas y disco duro de 80 o 160 gigabytes) y el primer fabricante mundial, HP, que vende el modelo 2133 en EEUU y para estudiantes. La segunda empresa en ventas, Dell, promete un netbook pronto. La empresa de análisis Gartner calcula que en 3 años se venderán unos 50 millones de máquinas, 10 veces más que este año, pero sitúa en el mercado doméstico el 70% de las ventas.

"No es un portátil real, de hecho nuestra publicidad lo vende como un segundo dispositivo para quien ya tiene un ordenador de sobremesa o un portátil grande, pero mucha gente lo compra como primera máquina si tiene disco duro", explica Maite Ramos, directora general de Medion para España.

"Para nadie es un ordenador único, está pensado para estar conectado y escribir, pero no es aconsejable para trabajar demasiadas horas por la pantalla tan pequeña. Es un transición entre una Blackberry y un portátil normal", señala Jocelyne Otero, jefa de márketing de Acer.