El Ministerio de Trabajo, a través del secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, apoyó ayer la propuesta patronal de abaratar los costes laborales mediante la extensión de los contratos de fomento del empleo con 33 días de indemnización por despido. Esta postura coloca en un brete la reforma laboral por la oposición de los sindicatos a este tipo de medidas destinadas a rebajar los costes de la extinción de los contratos.

Los cursos de verano de la Universidad Complutense reunieron ayer a las tres partes que conforman el diálogo social. Gómez reconoció que las propuestas del Gobierno "son tendentes a mejorar el uso del contrato de fomento del empleo" porque ha dado buenos resultados desde que se creó en 1999. Para el secretario general, el uso "intensivo" de este contrato puede dar mayor flexibilidad a los empresarios gracias a unas "indemnizaciones más bajas".

También el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, reflexionó en el Foro ABC sobre la propuesta patronal que relaciona la temporalidad con un excesivo coste del despido y expresó su deseo de que los agentes sociales lleguen a un acuerdo, informa Rosa María Sánchez.

Esta idea contó ayer con el rechazo del líder de UGT, Cándido Méndez, quien criticó las "recetas del pasado" que pretenden mantener un modelo de "puestos de trabajo baratos". A su juicio, es contradictorio intentar converger con la UE y reorientar el sistema productivo español con estas fórmulas.

Pero Gómez espera encontrar un "punto de encuentro" entre empresarios y sindicatos en el intento de atajar los "abusos de la contratación precaria".

Los sindicatos consideran que el principal problema está en que ni Trabajo ni la CEOE han presentado sus propuestas de reforma por escrito. Gómez descartó que el Gobierno vaya a poner sobre la mesa un documento hasta que no se produzca algún avance en la negociación.