La evolución de las cuentas públicas va mejor de lo previsto por el Estado gracias, sobre todo, al ahorro en pago de intereses, y ello ha permitido a la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, anunciar que este año el Tesoro tendrá que emitir mucho menos deuda de lo previsto a principios de año.

En concreto, el Tesoro emitirá finalmente este año deuda neta por 20.000 millones de euros, esta cantidad es 15.000 menos de lo previsto inicialmente (el 43% menos) y supone la menor emisión desde el 2007, según anunció ayer la ministra durante la inaguración de la primera edición de los Desayunos Efeministras organizados por la Agencia EFE. «La confianza de los mercados internacionales es patente en los datos referidos a la deuda pública», manifestó Calviño.

A la menor emisión de 5.000 millones anunciada en abril se une ahora el anuncio de otro recorte de 10.000 millones (15.000 en total) y ello permitirá un «importante» ahorro en el pago de intereses, estimado en 2.334 millones de euros por la ministra Calviño. Así el peso de los intereses de la deuda se situará por debajo del 2% del PIB, frente al 2,82% del 2014.

Según la ministra, la emisión bruta se situará por debajo de los 200.000 millones de euros, algo que no ocurría desde el año 2011, y que atribuyó a la mejora de la prima de riesgo española, que se ha ido reduciendo de «manera sostenida» a lo largo del año (83,9 puntos ayer jueves).

MÍNIMOS HISTÓRICOS / De momento, el Tesoro sigue marcando mínimos históricos en las nuevas emisiones de deuda. El Tesoro Público colocó ayer 4.037,3 millones en una nueva emisión de bonos y obligaciones, dentro del rango medio previsto, y lo ha hecho a tipos mínimos históricos.

En concreto, el Tesoro colocó bonos a cinco años a un interés marginal del -0,316%, por debajo del -0,237% de la emisión del 1 de agosto. En el bono a 10 años la rentabilidad marginal se ha situado en el mínimo del 0,190%, inferior al 0,307% de la subasta previa. En el caso del bono a 50 años la rentabilidad marginal ha pasado del 3,036% al 1,46%.

El Tesoro ya emite con tipos negativos todos los títulos de deuda de hasta 5 años de plazo (los inversores están dipuestos a pagar, en lugar de cobrar, al Tesoro por colocar su dinero en un lugar seguro) y no se descarta que muy pronto también puedan extenderse al bono a 10 años, tal como ya sucede en Alemania (-0,58%) o en Francia (-0,37%).

CÍRCULO VIRTUOSO / Los menores costes de la deuda pública están promovidos por la política de bajos tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). El anuncio del BCE en julio de que en su próxima reunión (12 de septiembre) adoptará nuevas medidas de estímulo para la economía de la zona euro ha alentado los nuevos recortes de los tipos de interés de la deuda pública.

El ahorro en pago de intereses ayuda a mejorar las cuentas pubicas; ello permite reducir la necesidad de emitir deuda y esto, a su vez, favorece seguir ahorrando en intereses en una suerte de círculo virtuoso.

Además, la menor emisión de títulos también se ve favorecida por la amortización anticipada que están llevando a cabo algunas comunidades autónomas frente a lo que adeudan al Estado y su menor recurso a los mecanismos de financiación de Hacienda, según apuntó este jueves la directora general del Tesoro, Elena Aparici.

DEMANDA MUY FUERTE / La directora del Tesoro destacó la evolución «muy positiva» de la rentabilidad del bono a 10 años, que sigue recibiendo una demanda «muy fuerte», y añadió que no ve «obstáculos ni de mercado ni psicológicos» para que el tipo sea negativo. «Esto es posible, pero preferimos ser muy prudentes, aunque no vemos impedimento», subrayó Aparici.

Según Elena Aparici, España se ha convertido en uno de los principales emisores de deuda soberana.

El Gobierno confía en que las agencias de rating vayan mejorando la calificación de España, pero Aparici admitió que de cara a las nuevas revisiones de este otoño, cabe pensar que las agencias serán «prudentes» y mantendrán las actuales calificaciones debido a la «inestabilidad política» por la falta de Gobierno. «Juega en nuestra contra el entorno político, que lo tienen muy en cuenta (las agencias de calificación) y prefieren esperar, pero ven mejoras en la economía española, tanto coyunturales como estructurales, y tarde o temprano sucederá (la mejora del rating)», añadió.