Los ministros de Industria de la Unión Europea y directivos de General Motors se reunirán mañana en Bruselas para debatir sobre el futuro de las plantas de Opel en el continente. Fuentes de la Presidencia de turno sueca de la UE, promotora del almuerzo de trabajo en el que se tratará el tema, indicaron que los directivos de General Motors avanzarán algunos puntos del plan de reestructuración de la filial europea durante la reunión, enmarcada dentro del Consejo de Competitividad que celebran los Veintisiete.

El comisario del ramo, Günter Verheugen, y la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, asistirán a la reunión informal, además de los ministros de Industria, entre los que estará el español Miguel Sebastián. Fuentes diplomáticas aseguraron que el presidente del gigante automovilístico estadounidense en Europa, Nick Reilly, no ha dado aún la confirmación final de su asistencia al encuentro, aunque todo parece indicar que así lo hará.

Los responsables de Industria de la UE ya se reunieron con Reilly en Bruselas el 23 de noviembre pasado, a invitación de la Comisión Europea, que quería evitar que los estados miembros compitieran entre ellos por mantener las plantas de Opel en su territorio y se lanzaran a una carrera de subvenciones. Aquel día, los responsables de Industria quedaron en estudiar juntos el plan de reestructuración de la empresa durante la reunión de mañana, con el objetivo de dar una respuesta coordinada, y prometieron frenar los intentos de negociación unilateral con la cúpula de GM.

Sin embargo, la dirección de General Motors no ha hecho públicos los detalles concretos de su plan, más allá de algunas estimaciones: baraja reducir un 20 por ciento la capacidad de producción europea de Opel y recortar entre 9.000 y 10.000 empleos, de los 50.000 que tiene en el continente. La compañía también ha asegurado que necesita una inversión de 3.500 millones de euros (unos 5.250 millones de dólares) para que las factorías del viejo continente alcancen la rentabilidad en 2012, suma que debería provenir en buena parte de las ayudas estatales que se pacten.

En el caso de España, todo parece indicar que el plan de reestructuración para la planta de Figueruelas (Zaragoza), que da trabajo a unas 7.500 personas, quedará prácticamente igual al diseñado por Magna, que preveía unos 900 despidos y garantizaba el futuro de las instalaciones zaragozanas durante diez años. Así lo anunció el comité de empresa de la factoría el martes pasado, tras reunirse con el vicepresidente de Manufacturas de GM Europa, Reinald Hoben.