Varios ministros noruegos han asegurado hoy que no volarán más con Ryanair a causa del escándalo que afecta a la aerolínea de bajo coste, objeto de una investigación de las autoridades de este país nórdico tras una demanda de una ex trabajadora por ofrecer "contratos esclavistas".

"Mientras no se aclaren las graves cuestiones sobre las condiciones de trabajo en Ryanair, no volaré con ellos. La ley y el derecho deben regir en el mercado laboral noruego", afirmó hoy al diario "Klassekampen" el ministro de Exteriores, Espen Barth Eide.

Otros seis miembros de la coalición de centroizquierda que gobierna Noruega se unieron al boicot, iniciado hace dos días por el propio primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, quien aseguró desde la tribuna del Parlamento que ni ha volado nunca con la aerolínea irlandesa ni piensa hacerlo en el futuro.

La polémica comenzó hace tres días, cuando una ex auxiliar italiana que trabajaba para Ryanair en su base noruega en Rygge, al sur de Oslo, anunció una demanda judicial contra ésta por las condiciones laborales que rigen en ella y por despido improcedente.

El diario económico "Dagens Næringsliv" publicó un contrato de la joven que muestra que, por ejemplo, los empleados deben costearse los programas de formación y no se les paga cuando están enfermos.

"Vivo en el país más caro que hay y me pagan lo mismo que a un empleado del sur de Europa. Ni siquiera me pagan cuando estoy enferma", dijo al periódico Alessandra Cocca, la ex auxiliar de vuelo italiana, que cuenta con el respaldo de Parat, el mayor sindicato noruego en el ramo de la aviación.

Parat ha denunciado que Ryanair no paga impuestos en Noruega, pese a tener una base en Rygge, y ha extendido sus críticas a las autoridades de este país escandinavo, a las que acusa de pasividad ante las quejas presentadas en los últimos años por el sindicato.

"Este Gobierno lucha contra el dumping social, pero en la industria aérea es más complicado cuando se habla de países, reglas y libre movimiento de la fuerza de trabajo", se ha defendido Stoltenberg en el Parlamento ante las críticas de la oposición.

Tanto la Autoridad de Aviación Civil como el Ministerio de Transportes han prometido que abrirán una investigación a Ryanair.

El secretario general de las Juventudes Laboristas, Eskil Pedersen, ha invitado a un "boicot popular" contra Ryanair, además de pedirle al Fondo de Pensiones Global del Estado noruego, uno de los fondos públicos más grandes del mundo, que venda sus acciones en la matriz de la aerolínea, valoradas en unos 84 millones de euros.

Las críticas obligaron a Michael O'Leary, presidente de Ryanair, a volar ayer por la tarde a Rygge, donde negó las acusaciones y desafió a las autoridades noruegas, aunque reconoció que la aerolínea no paga bajas por enfermedad.

"Todos los aviones son irlandeses, eso significa que se definen como territorio irlandés y que los empleados trabajan por lo tanto en Irlanda bajo las leyes irlandesas", afirmó O'Leary.