A las puertas de una nueva regulación que ordene el teletrabajo en España, las empresas mantienen las modalidades a distancia ante la incierta evolución de la pandemia. Más de la mitad de las compañías en Catalunya han mantenido el teletrabajo entre sus plantillas una vez concluyó el estado de alarma y las restricciones a la movilidad. Las firmas catalanas que han conservado esta novedosa organización del trabajo creen en ella más allá de la emergencia sanitaria y pretenden plantear a sus empleados pactar el continuar dos o más días a la semana con el teletrabajo. Así lo constata un informe publicado por la patronal Pimec este jueves, que también revela que frecuentemente son los trabajadores quienes acaban asumiendo los gastos del teletrabajo.

La extensión del teletrabajo en las compañías catalanas fue en primavera casi tan rápida como la del virus. Según los datos recopilados por Pimec, a principios de marzo, cuando el virus todavía estaba en una fase muy incipiente y las grandes afectaciones sobre la economía eran fruto de los problemas que ya tenían países vecinos, solo el 22% de las empresas aplicaban algún tipo de teletrabajo. Dicho porcentaje se triplicó en tan solo dos semanas, pues a finales de marzo dicho porcentaje ya era del 61%. Y en mayo 2 de cada 3 empresas habían aplicado medidas de teletrabajo.

Las restricciones gubernamentales aflojaron y con ello la presencia en los centros de trabajo aumentó, aunque el 53% de las empresas catalanas mantienen algún tipo de jornada de trabajo a distancia actualmente entre sus rutinas. "El teletrabajo ha venido para quedarse", ha sentenciado el presidente de Pimec, Josep González. No obstante, entre las pymes catalanas existe cierta inquietud por la demora de nueva ley del teletrabajo que ultima desde hace semanas el Gobierno; pues muchos acuerdos de empresa se están posponiendo a la expectativa de qué acaba estableciendo la nueva normativa. En este sentido, la directora del área jurídica de la patronal, Estrella Rincón, ha pedido "prudencia" a las compañías.

Pese a que el texto liderado desde el Ministerio de Trabajo todavía no está cerrado, sí que han ido trascendiendo detalles del mismo. Uno de estos es que solo podrán acogerse a la nueva normativa aquellos trabajadores que trabajen a distancia un mínimo del 20% de su jornada, durante un periodo mínimo de tres meses. Un requisito que, a priori, encaja con el planteamiento que hacen la mayoría de las empresas catalanas que siguen apostando por el teletrabajo. Pues según el informe de Pimec, el 50,1% de las firmas planteará a sus empleados teletrabajar dos o más días a la semana. Lo que, en una jornada de 40 horas semanales, encaja por tiempos en la nueva normativa.

REPARTIR LOS COSTES: UNA NEGOCIACIÓN PENDIENTE

Otro cantar será la repartición de los costes de este teletrabajo entre empresa y trabajador. Los datos del estudio de la patronal también constatan que para el 47% de las empresas catalanas implantar el teletrabajo no ha supuesto un coste extra para sus arcas. Lo que implica que o bien ya disponían de todo el material necesario para ello antes de la pandemia o bien han sido los trabajadores los que han acabado cargando con el coste del internet, el ordenador, la luz, el material de oficina y el largo etcétera que dependa de cada actividad.

El reparto de costes, según contempla el último borrador de la ley del Gobierno, es algo que deberán pactar vía negociación colectiva patronal y sindicatos. Alcanzar un "consenso" es algo a lo que ha instado el conseller de Treball, Chakir El Homrani, que ha abierto este jueves el ciclo de conferencias sobre teletrabajo de Pimec. Pues ambas partes se verán beneficiadas de dicho consenso, tal como evidencian los propios datos de Pimec. El 93% de las empresas reconoce que se beneficia del teletrabajo, siendo las bondades más citadas la conciliación y la motivación extra para los empleados, la reducción de costes energéticos para la empresa y la reducción del absentismo.