El hundimiento de la confianza de los consumidores españoles en la segunda mitad de 2019, como consecuencia de la mayor preocupación sobre la evolución futura de la economía y el empleo, anticipa un comportamiento más débil del crédito al consumo, que sigue incrementándose a pesar de los signos de desaceleración, según apunta la agencia Moody’s. «El acusado descenso de la confianza de los consumidores durante la segunda mitad de 2019 refleja las crecientes preocupaciones de los españoles sobre la economía y el empleo», sostiene la agencia, añadiendo que este deterioro es consistente con otros datos negativos publicados recientemente y «es negativo para las titulizaciones de activos (ABS) que tienen créditos al consumo como garantía».

De este modo, Moody’s espera un aumento de las dificultades de los prestatarios para hacer frente a la devolución de sus créditos al consumo como consecuencia de la moderación prevista del crecimiento de la economía española, que la agencia estima en el 1,8% en 2020, frente a la media del 3% entre 2016 y 2017.

En este sentido, Moody’s considera que los datos de confianza de los consumidores representan un indicador adelantado del incremento del riesgo de los activos y del consecuente deterioro de la evolución de los préstamos titulizados.

CONFIANZA / «La caída de la confianza de los consumidores en cierto modo se correlaciona con un desempeño futuro más débil en crédito al consumo», sostiene la calificadora de riesgos, que recuerda el hundimiento registrado por la confianza de los consumidores en España a mediados de 2007, antes de que se incrementasen las ratios de créditos no productivos.

Asimismo, Moody’s alerta de que, a pesar de los signos de desaceleración de la economía española, el crédito al consumo sigue aumentando, con un incremento del 4% en 2019, doblando el ritmo de expansión de la economía. «La combinación del descenso de la confianza de los consumidores y un incremento de la deuda no garantizada seguirá presionando las titulizaciones españolas», concluye Moody’s, aunque sostiene que el efecto no será el mismo para todos los tipos de préstamos al consumo, ya que aquellos destinados a la compra de automóviles tendrán un mejor comportamiento, ya que suelen corresponder a prestatarios de mayor calidad, mientras que los préstamos al consumo sin una finalidad específica son utilizados a menudo por deudores en dificultades, por lo que serán los más afectados. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) informó la semana pasada de que el índice confianza de los consumidores españoles se había hundido a 77,7 puntos en diciembre de 2019, 13 puntos por debajo de la lectura del año anterior, su nivel más bajo desde 2013. A su vez, la Comisión Europea informó de que la confianza de los consumidores españoles se deterioró en diciembre por tercer mes consecutivo.