El intento del chico de hierro ruso, Alexei Mordashov, de hacerse con el control de Arcelor hizo mucho ruido, pero dio pocas nueces. El presidente y dueño del grupo siderúrgico Severstal, uno de los hombres más ricos de Rusia, irradiaba optimismo la víspera de la reunión del consejo de administración de Arcelor y no le faltaban promesas de crear una nueva "fortaleza" rusa en el mundo. No le sirvió ni el apoyo del presidente ruso, Vladimir Putin. Severstal ha cambiado dos veces los términos de su acuerdo.

Sin embargo, los accionistas, alarmados con la perspectiva de quedarse en manos de un empresario que viene de un país poco transparente en lo que se refiere al mundo de los negocios, se opusieron a la posible fusión con el gigante ruso. D. P.