La Comisión Europea impuso ayer una multa global de 328 millones de euros al cártel de los principales fabricantes mundiales de cremalleras, cierres y fijaciones para vestido y calzado por pactar los precios mínimos de los productos, aumentos de precios coordinados y el reparto del mercado y de los clientes desde 1991 al 2003, en una violación de las normas de libre competencia garantizadas por el Tratado de la Unión Europea (UE).

Las principales empresas implicadas son el grupo japonés YKK, el británico Coats y el alemán Prym. En los acuerdos ilegales también participaron el grupo norteamericano Scovill, el francés A Raymond, el alemán Berning & Söhne y la asociación alemana de sistemas de cierre y fijación VBT.