ENTRE LOS GRANDES desplomes de ventas de coches que sufre el mercado español este año, destaca la excepción de Nissan. La marca japonesa aumentó un 116% las matriculaciones en el primer trimestre. El conflicto laboral generado por la negociación de 450 despidos en Barcelona no afectó lo más mínimo a los 9.459 compradores de vehículos de la compañía. Es el último ejemplo de la inmunidad comercial y de imagen con la que las multinacionales afrontan los recortes de plantilla o los cierres de fábricas en los últimos años. Nissan atribuye su alza, frente a una caída general del 13,5% en el trimestre, a la gran demanda del modelo Qashqai, del que se matricularon 4.019 vehículos en tres meses. A.F.