Lo que era un dogma de la izquierda revolucionaria hace unos años aparece cada vez más como la solución de gobiernos de todos los colores, incluidos los más liberales, para frenar la vorágine financiera: la nacionalización, parcial de momento, de bancos con problemas para dar seguridad al sistema financiero global. El reciente plan de rescate que anunció el Reino Unido, con una dotación de 50.000 millones de euros dedicados específicamente a entrar en el capital de bancos insolventes para que no caigan, ha ganado adeptos tanto en la Unión Europea (UE) como en Estados Unidos (EEUU).

La víspera de la reunión del Eurogrupo en París para intentar ofrecer una solución coordinada a la crisis financiera, el Gobierno alemán filtró a varios medios de comunicación de su país las líneas básicas de un plan de rescate bancario y de inyección de liquidez, que incluye la entrada en el capital de los bancos ayudados. El plan se aprobará mañana y será aplicado por decreto urgente para su inmediata entrada en vigor tras su paso por las cámaras parlamentarias.

NUEVAS GARANTIAS Según Der Spiegel , además de nuevas garantías para los depósitos y ayudas de liquidez, el Gobierno estudia proporcionar capital a los institutos mas castigados por la crisis, medida esta última que podría costar entre 50.000 y 100.000 millones de euros. A cambio, el Estado se haría con participaciones en los bancos que podrían pasar a ser administradas por una sociedad fiduciaria bancaria. La cancillera alemana, Angela Merkel, no lo desmintió, al contrario. "La cuestión es aportar a los bancos el capital suficiente y no descartó que tengan lugar estas inyecciones", declaró en un acto junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Las diferencias entre Sarkozy y Merkel a la hora de afrontar la crisis parecen haberse disipado. El presidente francés y la cancillera alemana lanzaron un mensaje de unidad y de confianza en la capacidad de los países de la zona euro de alcanzar hoy en París un acuerdo sobre las medidas a adoptar en común, que podrían ir en la dirección de la nacionalización parcial adoptada por el Reino Unido.

Tras conmemorar juntos los 50 años de la reconciliación franco-alemana, ninguno descartó la opción británica. Aunque tuvieron mucho cuidado en no desvelar las medidas antes de que se produzca el encuentro del Eurogrupo --auspiciado por José Luis Rodríguez Zapatero--, Merkel y Sarkozy dieron a entender que sí están de acuerdo.

Estados Unidos también acometerá la nacionalización parcial de entidades bancarias. La medida tomó cuerpo esta semana en Washington, a la vista de que el anuncio del plan de comprar la deuda tóxica no contribuía a tranquilizar los mercados. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, anunció el viernes una medida que solo tiene como precedente acciones similares tomadas durante la Gran Depresión. "Tenemos una necesidad muy acuciante de recaudar fondos", explicó. Dado el bloqueo en el que se encuentra el mercado de crédito, comprar directamente acciones es una forma de introducir capital en los entidades y confiar en que el flujo de crédito vuelva a ponerse en marcha.

NORMAS Se trata de echar una mano a los bancos que no se han visto tan afectados por las subprime pero que tienen los mismos problemas para acceder a créditos y a los que puede arrastrar la vorágine. El plan de nacionalización parcial pretende tener normas claras. Una de ellas es que tomar participaciones de los bancos no implica sentarse en los consejos de administración, aunque es evidente que el Estado tendrá mucho que decir. La otra es que los contribuyentes tendrán prioridad en el reparto de dividendos.