Nissan podría vender su participación en Mitsubishi, alterando la estructura de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. La marca de Yokohama, según admitieron fuentes no identificadas en la agencia Bloomberg, estaría estudiando la posibilidad de vender todas o parte de las acciones que posee sobre la firma de los tres diamantes, controla un 34%, porque considera que tardará en recuperarse de la crisis del Covid-19.

Desde Nissan desmienten la información a través de un comunicado en el que aseguran que Mitsubishi está trabajando junto al resto de los socios que conforman la Alianza para recuperarse de la crisis y que está inmersa en su plan estratégico Small but Beautiful, presentado en julio para mejorar su rentabilidad. "Es esencial que cada socio de la Alianza se concentre en sus competencias básicas y maximice el uso de los activos de cada uno para lograr sus planes", expone Nissan en el comunicado. Por su parte, Mitsubishi ha declarado en otro comunicado que no está negociando su relación con Nissan y que sigue "colaborando con la Alianza".

Cabe destacar que Mitsubishi tenía un peso importante en el nuevo plan de desarrollo de vehículos, propulsores y tecnología que la Alianza presentó el pasado mes de mayo, en el que las tres firmas se dividían los segmentos, y las tecnologías a desarrollar y las regiones del mundo en los que liderar. Mitsubishi quedó como líder del Sureste Asiático y Oceanía y encargado del desarrollo de Key Cars junto a Nissan para el mercado japonés. En cuanto a la tecnología, la compañía, con sede en Tokio, desarrollará motores híbridos enchufables para vehículos del segmento C y D.

La apuesta de Carlos Ghosn

Mitsubishi forma parte de la Alianza Renault-Nissan desde 2016, cuando Carlos Ghosn, expresidente de las tres compañías hasta que se le imputó un escándalo económico, rescató la compañía a razón de 1.940 millones de euros. Los planes del exdirectivo pasaban por crear "una nueva fuerza global en la industria del automóvil" y, posteriormente, crear un consorcio capaz de competir con Toyota y el Grupo Volkswagen y convertirse en el grupo más grande del mundo.

Aunque sí consiguió cifras de ventas para competir por el trono mundial, la detención de Ghosn en noviembre de 2018 y el posterior escándalo, que se tradujo en un enfriamiento de las relaciones entre Renault y Nissan, reconducidas durante los últimos meses con nuevos nombramientos en la dirección de Renault y Nissan. Con el compromiso de mantener la Alianza y explotar su potencial se llegó al plan de desarrollo presentado en mayo. El Covid-19 ha sido solo la última piedra en el camino para las tres firmas.

Actualmente, Renault cuenta con el 43% de Nissan, que a su vez posee un 15% de Renault. Precisamente, este reparto desigual del control entre ambas empresas ha sido motivo de disputa durante los últimos años, con la japonesa quejándose del poco peso que tenía dentro del grupo. Su relación se remonta a 1999, cuando la firma del rombo salvó a Nissan de la bancarrota a través de una inyección de capital que le valío para conseguir un 36,8% de la japonesa. Fue en 2001, cuando la marca de Yokohama adquirió el 15% de Renault, que la francesa incrementó su participación en Nissan hasta la cifra actual. Así se llegó hasta 2016, cuando Ghosn apostó por Mitsubishi para ampliar la Alianza.