Ni los datos macroeconómicos --como las demandas de subsidios de desempleo-- ni los resultados empresariales animaron las compras de renta variable al otro lado del Atlántico. Eso no ocurrió hasta que apareció Wal-Mart para informar de que sus ventas comparables en enero aumentaron el 2,1%, frente a una banda esperada de entre el 0% y el 2%. Y las bolsas mundiales comenzaron a subir con fuerza, ante la perspectiva de una recuperación del consumo en Estados Unidos.

Las subidas se apoyaron, además, en los rumores de que el plan de Washington para rescatar a la banca podría incluir la suspensión de una regla contable clave. Esta noticia permitió a los mercados europeos moderar sus pérdidas a medida que se acercó el cierre de la sesión. El Ibex 35 cerró en los 8.440 puntos, el 0,65% menos. La caída del 3% que llegó a rozar el índice se fue moderando gracias al tirón de Nueva York que pasó del rojo al verde gracias al avance de las tecnológicas.

El día en que el Santander presentó definitivamente sus resultados (la semana anterior ya había hecho un adelanto), la entidad presidida por Emilio Botín cedió el 1,14% en una jornada de castigo para los blue chips . Su competidor, el BBVA, vio cómo el valor descendió el 1,2%, mientras que Repsol cerró casi sin variaciones al anotarse un discreto 0,07%. Telefónica fue la única que se desmarcó de la tendencia al subir el 0,28%. Iberdrola retrocedió el 3% en medio de rumores de aviso de malos resultados que tuvo que desmentir una portavoz del grupo.

Las constructoras se unieron al escaso grupo de las que cerraron con ganancias. Consiguió ascensos del 2,12% FCC; del 1,55%, Sacyr-Vallehermoso; del 0,9%, Acciona; y algo más del 0,62%, ACS.

El petróleo siguió la senda alcista que lleva registrando toda la semana y el Brent se movió hasta los 44,5 dólares. El billete verde siguió plantando cara al euro y la moneda comunitaria se cambió al cierre a 1,2839 dólares.