El presidente de EEUU y anfitrión de la próxima reunión del G-20, Barack Obama, trató ayer de mandar un mensaje optimista sobre la utilidad del encuentro que se celebrará en los próximos días en Pittsburgh. "Hay que asegurarse de que jamás volveremos a encontrarnos en la precaria situación en la que nos hallamos hace justo un año", afirmó Obama en su discurso semanal a la población.

El mandatario adelantó que en la cumbre se discutirán algunas de las medidas necesarias para "salvaguardar el sistema financiero y para rellenar los vacíos en la regulación que permitieron la clase de comportamiento irresponsable y temerario que provocó esta crisis".

Obama defendió que se han realizado "verdaderos progresos" desde el encuentro de abril en Londres, pero precisó que "todavía queda mucho trabajo por hacer" para fortalecer las reglas que guían los mercados.

El presidente de EEUU dio por terminado el descenso de la primera economía del mundo, pero insistió en la necesidad de tomar medidas para evitar que la crisis se repita. Y puso como ejemplo la creación de la Agencia de Protección al Consumidor Financiero, cuyo proyecto ha presentado esta semana a la Cámara de Representantes.

Obama también lanzó un duro aviso a los "grupos de presión a sueldo de Wall Street" que están haciendo campaña en contra de la adopción de cambios en el sistema. "No vamos a permitir que las estrechas miras de unos pocos se antepongan a los intereses de la mayoría, ni dejaremos que se perpetúe el fallido sistema", remachó.